jueves, 29 de diciembre de 2016

MM

- Cásate conmigo.
- No me lo preguntes.
- ¿Porque me dirías que sí? -contestó riéndose.

martes, 27 de diciembre de 2016

Volveré a escribir en papel

     Iba a escribir un millón de cosas en un cuaderno. Pero al final no tuve tiempo, ni ganas. Iba a escribir que escribía en las mesas de los bares para después no escribir en ningún sentido. Iba a contar las teclas de mi voluntad, de ver pasar a las personas como en un escaparate de temporada. Iba a deshilar mis sueños, pero ya se me han olvidado. 

     No te pedí escribir, ni tú me pediste que escribiera, y mi cuaderno de bitácora sigue vacío, esperando que el papel clarifique una historia digna de fundirse con tinta de verdad. 

domingo, 18 de diciembre de 2016

Lágrimas que no importan

Mi sueño buscaba tus lágrimas en un ir y venir de cafeterías. Pero, siendo consciente de la realidad, igual que dibujó un corazón de piedra rota pendiendo sobre su cabeza, dibujó entre tus manos un proyecto ridículo en el que podrían dormir tus lágrimas para siempre, incluso antes de caer.

Le pedí a mis sueños que dejaran de buscarte nada. Tú te dejabas arrastrar por el río. Yo caminaba, que no nadaba, por la orilla, siempre a contracorriente. 

jueves, 15 de diciembre de 2016

Y por lo menos esto no es una red social

Supongo que has experimentado eso de enterarte indiractemente, a la vez que otros tantos, de que tú eres una maceta rota.

martes, 13 de diciembre de 2016

El carnaval del año pasado

     El carnaval de Cádiz del año pasado cubre doblemente mis recuerdos como una venda milagrosa. Por un lado me recuerdan el tiempo, una etapa angustiosa de mi vida, la imagen de una lámpara que se repetía todas las mañanas en mi soledad de las 9 de la mañana, que cada día me decía que sería la última, hasta que lo fue una tarde. Me aíslan en un mundo oscuro y frío, de techos altos, donde el desprecio se escurría de forma pasivo-agresiva por el pasillo que iba del salón al dormitorio, en el que siempre fui una intrusa.

    Por otro lado me recuerda que allí estuvo como un método de salvación natural, que me salva de la soledad, que me une al pueblo, a su tradición y a sus voces. El carnaval me libró de nuevo del peso, de la desesperación, me embarcaba en balsas donde podía respirar libertad.  Tu actitud no consiguió quitarme las coplas de febrero y eso hace que recuerde como lo malo nunca pudo con lo verdaderamente bueno. 


Por eso esta comparsa no solo me transporta a Cuba y a Cádiz, no solo comparte conmigo un mensaje social, sino que constata que nunca dejé de ser del todo yo. Ese es el regalo que hace el carnaval, ser de la gente. 


jueves, 8 de diciembre de 2016

Tu torso invisible y su poema de noche

Soy incapaz de recordar tu pecho, lo mezclo con miles de pieles y relieves. No puedo recordar los lunares de tu torso, quizás nunca los miré realmente. Aunque no tenga sentido, podría ser de un color completamente diferente al resto de tu cuerpo. Es tan difícil de visualizar que intentarlo, como un mero ejercicio, y no tener éxito me reconforta y casi se me olvida la otra cosa en la que estaba pensando. Y entonces le escribo esto al que presentiste pasando el puente de la playa:

Aquella noche la avenida
estaba llena de proyectos.
Azahara estaba en su Medina,
tú y yo intuíamos nuestros sueños.
Podrías ser mil personas
que estarían con mis mil reflejos,
pescaríamos con descaro
un futuro con mil anzuelos,
una noche para estar solos,
siendo chulos entre tequieros.

Fuimos agotando las balas,
renunciamos a volar sin miedo,
olvidamos nuestras promesas
y no fuimos más ni fuimos menos.
Tú te fuiste a un mundo frío,
poco andaluz, que yo no entiendo,
y yo me llevé Andalucía conmigo,
como jamás pensamos hacerlo.

Yo, como prometí, navego en las matemáticas.
Tú, como jamás pensaste, eres uno de tantos ingenieros.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Atardeceres

    Hay atardeceres agobiantes y deprimentes, como los de la torre eléctrica de la campiña sevillana. Solo tienes que moverte cinco metros para que deje de ser un atardecer morado y sofocante, para que deje de rebotar en las paredes blancas llenas de grafitis, para recordar que ya se asoma la "Nuna" aunque sea de día. Solo tienes que moverte unos años para que recuerde las confidencias en los poyetes que asomaban del alcor, de las noches tranquilas en los que "ya la Luna" iluminaba todos los cultivos, los girasoles apagados.

   Y entre medias están los bares cordobeses, también al atardecer, pero frío. Y a veces allí estoy yo, atravesando la barrera invisible que sostenía la mesa, acariciando el deseo de que aquel momento automático nunca atardeciese. Y después, en cada suspiro, se desinflaba la luna.

martes, 29 de noviembre de 2016

Ojoh verde verde

    Los ojos verdes de antes de ayer ayer me recordaron otros ojos verdes. Ojos verdes de hace años.

   Ayer recordé una foto en un móvil viejo, una foto perdida en la obsolescencia virtual. Ayer sentí como te cegaba la mirada un flash de una tarde tardía, que era noche por ser invierno. 

   Tenía esa imagen perdida en el cerebro, no recordaba ni que existiese. No me hace falta la foto, porque es increíble la nitidez con la recuerdo tu mirada profunda, a pesar de que tus ojos fueran verdes, tu sonrisa enorme, de chiquillo, y tu piel, casi más blanca que la mía. 

   Creo que fue la misma noche que pasó esto. Recurro a lo que escribí entonces y recuerdo un comentario olvidado. Qué tontería, tu ojos y tu mirada antigua, pero qué nostalgia. Estoy tan loca como las lágrimas que empañan mis ojos normales.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Ojos verdes

     Creo que hay algo de la noche que no puedo comprender. Algo que entendí una vez siendo niña que he olvidado. Una sensación que me taladra el alma cuando escucho

Apoyá en el quicio de la mancebía 
miraba encenderse la noche de mayo

     Me imagino mirando la Alhambra en un situación que ya es imposible vivir. Tiene un trasfondo antiguo, cuando no podías mirar las pantallas. Quizá por eso para mí es mi niñez, porque la revolución tecnológica me pillo casi en pañales, o quizá es que cuando somos niños miramos los paisajes de manera diferente. 

     Hay algo de prohibido en la noche, algo que siento que me han estado escondiendo toda la vida. Eso desaparece cuando se apagan las luces de las casas, las luces naranjas. Por la noche, las luces tenues y calladas me revelan un mensaje infinito de posibilidades, que se esfuman al apagarse. No puede haber ruido, tiene que ser una noche antigua, llena de brisa. Entonces, siento que algo puede pasar, pero se me ha olvidado el qué. Me pregunto si será una historia como la de la prostituta de la mancebía.




viernes, 25 de noviembre de 2016

¿Qué decías de un corazón de piedra?

      Te equivocas cuando dices que tu corazón ya no puede sentir odio. Te equivocas en el "ya", porque el odio no sale del corazón, entra. El odio no lo genera el corazón como no genera moscas la buena comida. El odio es un veneno que se te ofrece en muchas ocasiones, y que tú decides beber. El odio no se siente con el corazón porque el corazón duele, el corazón avanza, y odiar es solo dejarte ir.  
      El corazón es tan bueno que solo puede ser víctima, y nunca verdugo. El corazón puede sentir cosas buenas o estar muerto. Estar muerto y tu alma perdida.  Por eso yo tengo un corazón coraza. 
    

martes, 22 de noviembre de 2016

Estimada quien quiera que seas

      Sólo hay unas palabras que se me venga automáticamente a los labios cuando lo leo. Ya sabes, cuando no puedes reprimir una frase, aunque estés sola. En el texto, lo reconozco. Eso es, ahí está. Siento informarte de lo lascivo en este caso no es un recurso literario. Que lo de lamer está más que relamido, y que lo de tu cuerpo no es más que una excusa para poseerlo, cuando te haga pronunciar lo que tanto desea. No te desea. No es capaz, no son capaces. Eres un objeto tanto en cuerpo como en alma.  Corre antes de que te atrapen todas esas palabras escritas con saliva. 

     Mira que yo no soy nada estrecha, pero hay algo en el sentido de todas esas frases que hacen que solo pueda pensar "¡Qué asco!"

lunes, 21 de noviembre de 2016

Punto de piel de manzana

    Dos recuerdos me han asaltado últimamente. Uno, es del Día de los Difuntos, recién comenzado el milenio, yo no tendría ni diez años. Una tradición americana dice que si el día de Halloween cortas una banda de piel de manzana y la lanzas por encima de tu hombro, la silueta que forme en el suelo será la inicial del nombre de tu amor verdadero. Qué tontería, ¿verdad? Y sin embargo recuerdo perfectamente la letra que formó la mía. Qué gracia, podía ser dos letras, y las dos eran iniciales de nombres representativos. Como lo son justo ahora, en este momento de mi vida. 

   El segundo recuerdo es de hace un año. Volvía loca, en una furgoneta, al peor aeropuerto de Europa. Volvía ansiosa, medio feliz, sin pensar en que la cáscara de la manzana podría ser una vocal, pero desde luego no la tuya. 



   Y una vez descartada esa letra, ¿consonante o vocal? 

viernes, 18 de noviembre de 2016

¿Me voy ya?

    Sí, porque me pesan tus palabras. Son como arena artificial imposible de compactar, de una terrible densidad. Es un compuesto que se sedimenta en la fondo de mi vida. Son palabras que envenenan, destruyen cualquier buena voluntad que pase por encima. Son arenas movedizas con forma de compasión, encima de cadáveres podridos.

    Se imponen, quieren imponerse en mi carácter,  quieren llevar siempre, siempre, siempre, siempre, siempre, la razón. Por eso tú estás ahí, tirando piedras con forma de gominola en el alma de todos los que te rodean, con tal de sentirte seguro. Ahí estás pensando que eres el centro de mi dolor y victimizándote por serlo y no estar en mi felicidad. Por eso yo estoy aquí, sin comodines, sin salvavidas, siendo consciente del sufrimiento que me has causado (aunque  a ti te venga mejor pensar que es mentira). Aquí estoy, soñando, sin proponerme un objetivo, todas las canciones que me quedan por cantar.

    Vete a desafinar a otra parte con tu espectáculo de siempre. ¿O ahora te vas a dedicar a cuestionar a una persona cada vez más ajena a ti? Y quien no te conozca que te compre.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Me lo encontré en una mentira

     Entonces caí en la cuenta de que él no era más que una consecuencia de una maravillosa mentira. La mentira que me haría cambiarme las ruedas para ir de una estación a otra. Un engaño que salió bien, y que luego tuvo unas consecuencias regulares. Algo de lo que jamás podré arrepentirme por no querer arrepentirme más si no lo hubiese hecho.

     Y detrás de todo aquello, ajeno a todo eso, al final de un cadena más que estudiada, estaba escondido él.

    "Ya te echo de menos", rezaba el rótulo del autobús.  Esa era la última estación de una serie de paradas ilusorias. Lo que no sabía es que en realidad ya tenía las claves para poder "hacerte de menos" cuando llegáramos a destino.

    Y allí estaba también él, sin saber que yo estaba allí. Él, que en realidad casi no tiene nombre, que no es nadie, que es una casualidad que solo es probabilidad. Bueno, sí, pero el caso es que allí estaba.

Dos horas y diez minutos

Esto es una burbuja, o un árbol de varios niveles. No, una burbuja. Me importa lo que quiera estar más allá de ella, me importa lo que la atraviesa. El plano es el siguiente:

Fuera de ella: "I can see you crystal clear."
Atravesándola: Casi puedo tocarte.
Una vez dentro: "Tu n'es jamais été là."

Entonces me encuentro en la situación anterior, viendo una burbuja aún más pequeña. Parece que la película jabonosa está dotada de un curioso efecto lupa. ¿Qué te importa? Dime. ¿Qué es para ti la importancia? ¿Me ves o no me ves a través de todas esas pompas protectoras? ¿Quién te ve a ti?


Yo sólo sé que aquí fuera todos dicen que hace frío, pero me estoy asando de calor. Quizá me estoy aclimatando a ir y venir. Tal vez yo no sea más que una inmensa burbuja con solo una capa, una capa muy importante.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Mira quién soy

Tanto caminar hacia el agujero en la pared que estabas horadando... Ahora no te pongas delante. Déjame pasar.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Mira quién es

      "Que no, que no son tan diferentes,"  me volvía a repetir una y otra vez. Ya lo sabía, cada vértice a su manera termina estando en el mismo nivel. El interés desmesurado se sustituye por la decepción más absoluta. El sutil interés desmedido se traduce en un sutil paso hacia adelante, que lo deja atrás.

     Y al final acabo hablando de una sola persona, que en realidad son muchas otras, que no son tan diferentes, quizá porque yo soy solo una. Se aglutinan y se personifican en un interlocutor al otro lado de la pantalla, que en realidad aunque a veces crea que lo haga, nunca lee las respuestas a las preguntas que nunca me hizo. 

    Está en millones de sitios, por no estar definido, por ser una especie de Santísima Trinidad. Estaba esta mañana en el señor que no me dejaba salir del metro, en la marca de la mochila del estudiante del autobús y en mis divagaciones matemáticas. Pero también cuando escucho una melodía en un bar, está en Venecia, y por estar en Venecia está en París, en cada esquina. Y lo imagino entonces en París, sin mí, quizás con mi padre, visitando el cementerio. Y está en Madrid, y en Sevilla, y en Córdoba, y en Sevilla. 

    Joder, está hasta en el Lycée Chateaubriand, en el que no he estado en mi vida, del que veo salir una parte de él que lo desvanece cada vez que paso por delante. Que lo engulle y lo empuja hacia la pasta uniforme en la que se va a acabar integrado. 

lunes, 7 de noviembre de 2016

Me encantaba la política

Ya puedo volver a leer el periódico sin odiarlo, sin meta-meta-meta-odiarlo.

Cuando pueda volver a ver la Sexta de seis a diez, por fin seré libre.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Te voy a contar un secreto:

          Me gusta secretamente lo de los secretos, porque no sé guardarlos. Me gusta que me vaya la vida en ello, para obligarme a no contarlos. Porque, como todo el mundo sabe que no sé guardarlos, no esperan que los tenga.  No me malenterpretes, no soy nada misteriosa, solo disfruto al encadenar una confesión a la punta de mi lengua. 

martes, 1 de noviembre de 2016

Casi igual

    He vuelto al mismo aeropuerto. Marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, 1 de noviembre... casi ocho meses después. Es la misma hora y estoy en el mismo establecimiento, comiéndome una ensalada casi exacta a la de entonces. Estoy en la misma mesa, pero en la silla contraria.

Esto me hace sentir que fuiste real, cuando ya te hacía invisible. Esto me hace recordar que tú nunca recuerdas lo bueno.

Y es que, a fuerza de ser de no importarte, te me has deshumanizado, y de mis actos depende tu opacidad, y no de ti.

lunes, 31 de octubre de 2016

Editando sus greatest hits

        Pensaba que justificaba cada acto con su pena, pero en realidad solo lo ponía en cursiva. Cambié posiciones con la mujer y cambié posiciones con la chica, quizá demasiado rápido, tal vez demasiado pronto. Y me vi dentro de la mujer desolada y me vi fuera, la vi siendo yo, a la chica feliz para ser destrozada, para convertirse en la mujer que él intentaría marchitar.  Y me sentí parte de un continuo ir y venir de almas vacías y almas por vaciar. Me fundía en un flujo de caras femeninas sin rostro, borradas.

       Pero si me remonto a los inicios y pienso en por qué accedí a entrar en el remolino (aunque claro, yo no sabía que era un remolino), no se me ocurre una razón diferente de la vanidad. Ni siquiera se me ocurre ahora, en mis circunstancias actuales. Me dejé caer sin razón, a unos brazos transparentes, a un río de emociones. 
  
    Yo quizás no sea nadie, y no lo soy. Pero él sí destaca por una razón. Créeme, nadie querría destacar por ella. Por ser la persona que en vez de hacer el amor, hace zumo con su media naranja. 

No quiero saber nada

Iba a pedirte que me aclarases mis dudas, pero tuve miedo. Entonces quise escribirte que no quería saber nada, pero cerré la ventana. Y ahora he vuelto, he escrito en abierto, y no sé qué estoy haciendo.

jueves, 27 de octubre de 2016

En el pueblo sin el pueblo

Sé cómo hablas de las mujeres y, por tanto, sé cómo hablas de mí.

Sé cómo hablas a las mujeres y, por tanto, ya no me siento especial cuando me hablas a mí.

Sé la diferencia que existe entre las otras mujeres y yo, para ti. Y sé que yace en mi actitud hacia ti y en ti, no en mí.

Soy fruto del azar. No intentes acerte creer otra cosa.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Ni olvido, ni una.

Echaba de menos el pueblo. Al principio se deprimió, luego encontró la solución: jugar.  Descubrió que podría jugar con todo mientras ocupaba la mente en no pensar en nada. Y estuvo jugando, hasta que volvió al pueblo. En el pueblo echaba de menos el pueblo. Y siguió jugando entre los escombros de la posguerra.

martes, 25 de octubre de 2016

Otra epifanía

Camisas.
Planchar las camisas.
Doblar las camisas.
Y de repente estar muchísimo más que antes.
Por no estar en absoluto.
Jajaja. En entornos electorales.

Yo no uso camisas de rayas.
Y ya solo plancho si me sobra tiempo.
Perdón, si te sobra tiempo.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Estabas llorando

Tengo prisa, pero la medida del año me afecta especialmente hoy. Afecta a mi subconsciente, que no para de preguntarme si estarás perdido, si estarás bien. Mis sueños me abrazan con un desprecio que se derrumba justo antes de despertarme.

Voy a volver a Andalucía. No tengo que, quiero volver a mi tierra. Pero en la Bretaña es mucho más fácil vivir para mi corazón.

Supongo que no estás bien, ni mal, que estarás igual que siempre. Solo habrás pegado la foto de otra infeliz en tus fantasías. Menos mal.

viernes, 14 de octubre de 2016

El dual del sueño de ayer

Esta noche la piedra de mi cabeza se volvió blanda y se revolvió, como queriendo volver a París, como pensando en la tacto de una sudadera vieja.  Era un sueño porque las pequeñas piedrecitas nos adoraban, y se alegraban de que las pisáramos de nuevo. Era mentira y por eso me hace mucho más daño que el sueño de ayer.

jueves, 13 de octubre de 2016

Restos

     Eres medio transparente, ya ni siquiera existes en mis sueños. Eres una voz que se esfuma en un punto lejano. Tú, en el sentido menos estricto de la palabra, te has desvanecido. Sin embargo persisten en algunas de mis noches el desasosiego que me creaste, una sensación horrible que solo experimenté contigo y que espero no asociar a nadie más.  Mi ser onírico se sigue arrastrando de vez en cuando como un perro, suplicando por cualquier cosa, a cualquiera que me atraviese congele el corazón con una mirada fría, que me atraviesa el pecho y me ignora.

     Pero eso solo es una sensación, no eres tú. Tú ya no eres, tú ya no estás. 

     Y existes. Y espero que estés bien.

lunes, 3 de octubre de 2016

Casi un buen domingo

Creo que las mañanas de domingo son iguales en todas partes, o  que vuelven a todas las ciudades iguales durante unas horas. Miras al suelo, escuchar el silencio de la gente sin prisa, el canto de los pájaros que todavía pueden hacerlo y buscas un sitio abierto. 

No. Todo se vuelve diferente. Aquí no hay un bar para tomarte una tostada con jamón. El domingo ya comienza con otros aires.

sábado, 24 de septiembre de 2016

Uf

A veces quiero escribir, escribirte, escribirme. Y no puedo. Me veo escribiendo y borrando. Pensando que no merece la pena decir eso, decirte aquello, decirme lo otro. 

Y decido que, en estas circunstancias, nadie merece conocerme mejor. Ni siquiera yo misma. 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Nadie tenía ganas de hablar

Azahara estaba contentísima de poder pasar un tiempo en el cortijo, no quería irse de allí. Envidiaba mitad el cortijo y mitad la vida del matemático que allí vivía. No hacía más que repetir sus ventajas. El padre salió en mi busca, para poder enseñarme sus instrumentos musicales. Cuando llegamos al cobertizo, sólo quedaba el esqueleto de un arpa.

"Todo se quemó en el incendio. De hecho, ésta no es nuestra casa. Es la de enfrente. "


Habían pintado el arpa con pintura blanca. Todo era blanco, como el azahar.

martes, 20 de septiembre de 2016

Recordando a mis amigos

     Hoy he tenido un sueño lleno de turbulencias y no me he despertado en calma. Recuerdo entonces el sueño de otro. En realidad no recuerdo el sueño, pero recuerdo cómo se sentía, y estoy casi segura de que el mismo propietario de esa sensación no la recuerda. Quizás ni siquiera recuerda haberla inventado en aquel haiku del colegio.

     Entonces empiezo a recodar más textos y momentos asociados. me acuerdo el microrrelato de mi compañero Jose María, que hablaba de aquel hombre que dejó de fumar, porque murió. Y sonrío al rememorar la "guasa", los dinosaurios y los pokémon de Jesús.  Y, sobre todo, recuerdo las rosas amargas de Ismael.

     Recuerdo esos detalles y no otros. Unos detalles que seguramente estarían muertos de no ser por mí y, quizás, algún otro. Recuerdo, a veces, muy de vez en cuando, a mis amigos de la infancia. Me pregunto, siempre que recuerdo, si mi sexo hubiese sido el opuesto, si no los hubiera perdido al dejar de ser niños. 


     No sé, supongo que sí. Aunque ser mujer y la primera de la clase nunca ayudó mucho. Tuve que empezar muchas veces de nuevo para volver a querer a mis amigos de ahora como quería a los de entonces. Sin contrato. 

lunes, 19 de septiembre de 2016

Gluglú

Estás con el agua al cuello, pero tienes los pies secos. Te vas a ahogar. O quizá sea yo la que se ahogue, en un intento de comprender esta metáfora, al cambiarme por ti.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Una de dos

El  sueño se me escapa de los labios y ya no puede escribirse.

¿Cómo vas a leer lo que te digo, si somos dos personas diferentes? ¿Cómo vas a meter nada en una intersección vacía? ¿Cómo escribir lo que ya he destrozado con mi voz?

lunes, 12 de septiembre de 2016

Federico

    Federico ya estaba marcado, y con razón. Todavía recordaba aquel laberinto, en el que se había cruzado con una de las gemelas, toda vestidita de blanco. A ella se le cayó una foto, la foto de su primera comunión, y él quedó embelesado. Lo juzgaron de manera imprecisa. Se decía que había perseguido la foto durante años, en su busca, hasta que llegó al enorme salón. 

      En el salón había un río, que podría ser de chocolate, igual que el barco atracado en él podría ser el de Willy Wonka. Federico subió el puente y miró a todas las señoras que había en el barco, y todas lo miraron a él, embelesadas. No podían dejar de comérselo con la mirada, como si él hubiese absorbido la esencia de aquella estampita. Entonces, las persianas empezaron a cerrarse. Al cabo de unos minutos, un hilo de luz iluminaba los ojos de las señoras, el resto era todo oscuridad.

     El barco comenzó a retroceder. Ellas, en su enamoramiento inexplicable, estaban aterrorizadas. Federico se partía de la risa. 

lunes, 5 de septiembre de 2016

Globos

     Ya nadie va en globo. Antes había globos por todas partes. Dorita casi se va en globo con el mago. Los globos estaban en los documentales, en los dibujos animados. Y había globos en las enciclopedias de mi abuelo, en esas fotos en color que parecían pintadas, o robadas. Esas imágenes tomadas igual que las de las Expo 92', que pertenecen a un fascinante futuro obsoleto.


   Ya todo el mundo va en avión, pero por dentro deberíamos viajar en globo.

viernes, 2 de septiembre de 2016

Estandarizador minimal (automático)

Vamos, resulta evidente todo lo que tienes que desenmarañar.

¿No lo ves? Es casi la palabra trivial.

Venga, prácticamente no te queda ningún generador.

Simplemente, la curva era de goma, volvió a su posición original haciendo movimientos positivos.

Tú ya no tienes que hacer nada.

jueves, 1 de septiembre de 2016

All our love... to me, babe

       Led Zeppelin es otra de las cosas que para mí son tuyas. Que me transportan, me transforman, consiguen realmente que borre el tiempo,que reviva con claridad cada ápice de adolescencia. Que quiera ser yo, quiero decir, esa yo. Que lo sea. Y que Linux me genere, como siempre, sentimientos encontrados. 


¿Dónde estarás? Seguramente donde se quedó esa yo, que soy a ráfagas que no duran ni un segundo. Ojalá no lo sepa nunca.

El pasillito efectivo

      Mis sueños te han purificado. He ido a Micenas a revisar un examen.  El trato ha sido increíblemente cordial, tan correcto que todos los que lo presenciaron quedaron satisfechos.


- Ya podemos irnos, - le dije al rey. - Todo está bien.

- Tienes razón. - constató. - ¡Qué hombre tan agradable!


lunes, 29 de agosto de 2016

Una respuesta que te di mil veces

     Era intenso, pero rara vez fue tierno. Tenía la sensación de estar en mi película de zombies preferida intentando quererlos a todos. No me gustaban, no me gustaban tus besos. Y tenían que gustarme "por cojones".

domingo, 28 de agosto de 2016

No soy

No soy.
Que no es que no esté.
Que tampoco.
Tampoco soy Gretel.
Ni migas de pan.
Ni migajas.
Ni siquiera gajos
de tu media naranja.

sábado, 27 de agosto de 2016

Un grupo que odio, por transitividad, me ha robado este título.

     A veces siento que voy a explotar, que me van a salir palabras de todos los entresijos de mi cuerpo. Me agarro al tronco de un árbol de la alameda, junto al cine de verano. En su tronco vivían las hormigas. Abrazo ese tronco con desesperación, como si de un momento a otro me fuera a hacer subir mágicamente hasta la copa, como si las hormigas fueran a comerse las palabras que llevo dentro.


      Arden, me queman y me oprimen el vientre, el pecho, la garganta. Quiero vomitarlas, pero odio vomitar. Hay una barrera de consciencia. Yo lo intento, te lo juro, pero me siento enfermar en mi proyecto de tener la mente limpia. Quizás solo sea síndrome de abstinencia. 

        

En realidad solo estoy cansada

Llévame con el viento. Llévame con las algas.

LLévame.

LLévame.

Como si la LL fuese de nuevo una letra, una sola. O la CH.

Mis diccionarios obsoletos que tuve que cambiar, en realidad siguen conmigo, Son una copla de Doña Concha, que arremeten contra lo que debería ser, contra lo que afirmo que es mi manera de pensar.

Escucho una nota, un mi que se transforma en ti.

¿Qué he hecho? Dios tuyo, ¿qué he hecho con nuestros besos y abrazos? Los he confundido con el ruido, los he usado para odiar un poco menos la copa de cerveza que tenía que delante, que  he aceptado a regañadientes, serrándome la espalda, como mi amigo.

Mi bicicleta iba muy rápido, sin coches ni semáforos que la detuvieran. No he sido capaz dejarla en el local vélo.


miércoles, 24 de agosto de 2016

Sigue funcionando

¿Qué despiertas en mí ahora que sonrío si te leo?
¿Qué pasa si tu crueldad ya solo me despierta ternura?
¿Qué ocurre si tu cara me resulta ajena?

Ocurren cosas maravillosas.
Pasa que puedo reciclar mis rincones.
Despiertas ganas de acariciarte el cabello y seguir mi camino.

Y es que la tía que vive dentro del móvil tiene toda la razón, cuando escribo tu nombre y me lo cambia a diminutivo.

domingo, 21 de agosto de 2016

No me quitas nada

De repente, aunque lo presintieras, ves volar el tesoro frágil de tus manos. Estás en un puente y lo observas alejarse flotando en el agua, alejándose con la corriente.

No sabes si lo estrujaste tanto que se te escurrió de tanto apretarlo, ignoras si simplemente lo dejaste caer en un descuido. Piensas en tirarte de cabeza al río, en disparar flechas que se pierdan en él.

Pero lo mejor que puedes hacer es contemplar la belleza del agua, amar cada gota en su interior. Viajar, pasear por la orilla y estar atento.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Uno por ciento

Sobre el papel me dejaste un uno por ciento. No lo podía creer, todo eso para mí. Libre, proporcional, sincero, el último porcentaje de la lista. No me importaban los porcentajes de los demás, ni las cantidades,

A mí desesperación se unió la alegría de que todo lo que me diste era para mí, de que todo lo que me dejaste era de verdad. 








Y que nunca te pedí nada. 

miércoles, 10 de agosto de 2016

Cómo hacer un zumo en lugar del amor


  1. Encuentre una media naranja.
  2. Exprímala con cuidado y lentitud, todo el tiempo que haga falta, hasta que se rompa la cáscara.
  3.  Bébase el zumo de un trago.
  4.  Tire la cáscara a la basura.
  5.  Lave el vaso con la misma lentitud con la que exprimió el jugo.
  6.  Estrelle el vaso contra el suelo.

Simplemente gracias

     Gracias por recordarme que la vida se hizo a sí misma, por no maquillar las cicatrices. Por dejarlas ahí, escondidas pero visibles desde el ángulo adecuado. Te agradezco no dejarme sobrescribir en las páginas en las que escribiría lo mismo y obligarme a relatar finales diferentes en los que puedo agarrarme al borde del precipicio. 

     Ya sé que poco se puede hacer contra y con la razón empírica. Nada. No se puede hacer nada. Que simplemente se asume, se toma, se usa y la dejas que te apuñale suavemente, que te acaricie hasta destrozarte.  

Que no se justifica, 
que no se presupone,
que no se insiste, 
que no se ignora,
que solo no se traiciona a uno mismo.
sino que se sigue hacia delante,
como Beppo, el barrendero de Momo,
que solo barría el trocito de calle que tenía delante.  

lunes, 8 de agosto de 2016

Remolino meditadísimo en detrimento de mis recuerdos.

Puedo hacerlo,
pero no me pidas que te escuche, porque solo te voy a poder oír.
Puedo dejarlo,
pero no me pidas que te agarre, ni siquiera te voy a poder tocar.
Puedo tocarte.
pero en realidad ya no te tocaré, serás un artista.

Lo farò,
e sarai un'altro rumore fuori della mia testa.
Lascerò tutto andare via,
e la mia anima non ti toccherà più.
Potrò toccarti,
ma tocca a te decidere.


Je pense d'avoir écouté ta musique la dernière fois.

I've always found amazing my ability to change, to forget, to learn to not learn. It's like a magic which transforms my sad feelings into a kind of wonderful dust, covering my emotional memories. 

J'avais dit femme terrible. Él habría dicho chica guay. Un'altro forse tesoro. You say a lot. 

Distracción para no vivir más allá

      No quiero buscarla. Sé que la encontraría. Sé cómo lo haría.  No quiero que se apodere de mí Marzo. ¡Marzo en Agosto! ¿Pero esto qué es? Y al mismo tiempo me buscan otras identidades, se presentan ante mí buscando respuestas que no puedo dar, porque soy demasiado egoísta, demasiado insegura. 

       Tengo miedo de Marzo de 2015. Quiero una colchoneta, no sé si esa colchoneta que sé tienes. Parece que no quiero aprender de mis errores. Quiero equivocarme igual pero sufrir menos. Tengo poco tiempo para volver a vender mi alma. Tengo poco dinero real, el resto lo aposté, no sé muy bien a qué juego ni a qué resultado. 

         En bádminton siempre jugaba mixtos, siempre mixtos. A veces dobles. Jugar sola no era para mí, o supongo que eso pensaba mi entrenador. Jugar sola no es para mí y sin embargo aprendo a hacerlo en cada palabra que escribo, en cada segundo presente en el que me veo. 


         Necesito un problema que me interese. Eso está claro.

Ojalá.

No sé si era tarde o era noche. Sé que estaba oscuro, o al menos lo estaba mi corazón. Tú, sentado en el sofá y yo, de pie, mirándote fijamente. En aquella oscuridad iluminada por un flexo te canté de cabo a rabo Ojalá, de Silvio Rodríguez.

Tú sonreías. "Qué bien cantas Mariquita".
Yo te estaba diciendo adiós.


martes, 2 de agosto de 2016

Al final de los dedos corazones

Otra noche en la que me impido dormir. Me pongo nerviosa, me emociono. Estoy demasiado exaltada para ordenar mis pensamientos. Lo de menos es que el despertador vaya a sonar a las cuatro y media.

Lo de más es como mis dedos han acariciado las sábanas, como buscando paz. Entonces un remolino de imágenes, que solo puedo ver en un haiku de mi infancia,  que escribió otro, que despertaba en calma. 

He visto imágenes de caras apacibles, he sentido arder mi carne en otras sábanas, me he visto tirándome de los pelos y de repente estaba, vete a saber por qué,  saliendo de la estación de trenes de Versailles,  cogida de otra mano, bajo un sol cegador de mediodía de primavera. 

Seguíamos la fila del bullicio. Allí,  con el recuerdo de otro hombre, bajo la sombra del cariño más imposible, he vuelto a sentirme extrañamente en paz.

domingo, 31 de julio de 2016

Bicicleta quemada

Un día escribo Madrid y por la noche, en mi sueño, me instas sin piedad a que deje de hacer el ridículo.  Haces que otros que se llaman como tú se rían de lo patética que soy cuando toco tu reflejo en mi cabeza.

Me siento tan mal, tan injustificable, que me olvido de mi bicicleta, y de mi bolso, que dejé colgado en el manillar. Para cuando me quiero dar cuenta, ya es demasiado tarse para terminarse el helado y salir del museo de los juegos de misterio.  A mi bicicleta le falta una rueda y el resto ha sido quemado. De la cartera, solo me han robado el dinero, cincuenta euros.

Me desespera la situación de mi bicicleta, pero ni tú ni tu tocayo me queréis ayudar. Tú sientes entre compasión y rechazo, el otro se regodea en mi sufrimiento.

Mis padres no me cogen el teléfono.

sábado, 30 de julio de 2016

Del refugio de tu axila al recuerdo del banco oscuro de tus ojos verdes.

Te huelo en mi sudor más repugnante, como una especie de metáfora real. Ya sólo siento sábanas rojas y verano desnudo. Solo escucho turistas por la ventana, solo vuelvo a ver la lámpara del techo. Es que a fuerza de buscarte me aprendí la habitación de memoria. Me aprendí el fondo de los cajones, aquellos sitios donde yo era lo que menos importaban, donde estoy ahora, seguramente,  junto con las decenas de cosas que nunca te atreviste a tirar.

Ya no veo lágrimas,  creo que lloraba sudor. Y no te veo a ti, o quizás te veo demasiado. Porque solo veo imágenes enfermizas, llenas de polvo, tanto por fuera como por dentro.

Al mismo tiempo me desdoblo y dejo de referirme a ti para volverme a envolver en aquellos problemas que alguien me dijo que me abrazaban. Es así.  A mí,  en este contexto, los problemas me besan y me abrazan, me hacen desearlos desesperadamente tranquila, buscando una aventura, o irrevocablemente desquiciada, buscando un refugio.

El hecho es que estoy en ese bit en el que no quiero un refugio.


A veces pienso qué hubiera pasado si Madrid no existiese,  o si todo fuese Madrid.

miércoles, 27 de julio de 2016

Uno x uno

Lo confieso: "Ole ese Manu de Isla Cristina"

Qué quieres que haga 
si cuando me clavas la mirada 
se vuerve loco mi pensamiento
Nunca lo digo pero lo siento

En cada momentito 
que tu me miras y estás conmigo
lluvia de de estrellas que se disparan
Dilo bahito que me hase farta. 

martes, 26 de julio de 2016

Despegando. A dopo.

Estoy esperando un avión y no me llevo muchas cosas. Me llevo mi maletita roja llena de ropa de verano y dos pares de zapatos. Llevo un bolso y poco más.

Estoy sentada, esperando a que despegue. Y estoy pensando en todo lo que no he podido llevarme. Quise coger un extremis una tormenta bienintencionada, que no cabía, porque es verano. Quise arañar truenos y relámpagos, empujarlos y meterlos en el bolso. Imposible, demasiado tarde, superaba el peso permitido.

Todo para que se me enganchase en el vestido una nubecita extremadamente suave, que no me molesta, pero que  ocupa un enorme espacio. Por eso ya no cabía nada más, ni mucho menos parches de temporales. ¿Qué le está pasando a mi corazón-maleta, que se está quedando sin sitio?

lunes, 25 de julio de 2016

La arista que rompe el árbol

      No son tan distintos, en realidad, el que ahoga por estar ahogado y el que se deja ahogar con resignación.  De hecho, se me hacen iguales en su dicotomía. Son tristes de alguna manera. El primero tiene un escudo de chulería, el segundo tiene una coraza de ironía. Sin embargo, es la vida del primero la que es una ironía, y es el segundo el que no pierde el misterio que esfuma el escalón inmediatamente superior a la arrogancia.

       La resignación tiene forma de sonrisa muy muy lejana. Es un cuento, un microrrelato, una parábola asiática que no se alcanza a ver. La desolación que crea el primero es una sonrisa extremadamente cercana, tan cercana que te atraviesa y dejas de verla. Es una sonrisa que escribe sin haber leído antes, de la que no puedes sacar nada para ti. El que se deja ahogar nunca se muere del todo. El que está ahogando es un espíritu repetitivo. Así que los dos están medio vivos, medio muertos. 

      Ambos hacen autocrítica. Uno está tratando de llenar el vaso, otro está intentando que no se vacíe demasiado. El primero revienta el vaso, el segundo se queda sin nada, o quizás con unas gotas de lo que pudo conseguir. 

       Lo que más me importa es que al final el primero se resigna también a ahogar, y ya no sabes qué sonrisa está cerca y cuál está lejos. Lo que pasa es que ya no importa si te estás ahogando, si me están ahogando o si quieres respirar conmigo. 



Porque ninguno estáis, más que vuestros escudos.
O está lo que me destruye.
O está lo que me borra, lo que me empequeñece. 


miércoles, 13 de julio de 2016

Idea de pie

Tu eco me resulta repetitivo después de subir las escaleras.

Tus palabras son siempre las mismas, son tus pies que están subiendo de nuevo, que no han aprendido nada.

Eres el deseo sin miramientos, eres como la muerte, nos vuelves a todas iguales.

Has conseguido lo que nunca querrías, que te recuerde con naúseas, con asco.

Que te sienta sucio, que me sienta libre.

jueves, 7 de julio de 2016

El usurpador en la mezcla

Me desperté por la mañana y descubrí un nuevo correo electrónico en mi bandeja de entrada. Había sido envíado a las dos de la mañana. El mensaje, era corto "¿Salimos a cenar?". Nos citamos a la hora y lugar acordados, de los que no me acuerdo. Había algo extraño, no tenías ni barba ni pelo, te habías afeitado completamente. Tu cara difícilmente podía ser tuya y sin embargo las sensaciones negativas que sentía por todo el cuerpo me confundían. 

Fuiste de repente el padre de un amigo de la infancia. Me preguntaste si quería ver a Gonzalo, y te respondí que quería ver a Jesús, al que siempre había tenido un cariño especial. Caminamos por las Setas hasta llegar a la calle Alfaros y allí descendimos al restaurante. Esperamos en el pequeño patio alargado, lleno de enredaderas y alumbrado por farolillos. Cuando estábamos a punto de entrar en la sala de las piedras amarillentas por las paredes, frené en seco:

- Hay un problema contigo. 
- Lo entiendo. Es un poco pronto. ¿Es por mi edad?
- No, no, nada de eso. Simplemente no eres el hombre con el que yo me había citado.

Ese hombre reconoció que no eras tú. Había leído tu mensaje y había acudido a la cita en tu lugar. Inmediatamente todos los comensales se abalanzaron sobre él y me dijeron que echase a correr. Callejeé a toda velocidad por el casco antiguo hasta que llegué a la plaza, donde una manifestación estaba siendo reprimida por la gendarmería francesa con gases lacrimógenos. Intenté contactarte, pero me había dejado el bolso en el bar.

Cuando volví, ya no quedaba nadie. Cogí mi bolsó, marqué tu número en mi teléfono y me desperté.


martes, 5 de julio de 2016

Le medida de un año no es estúpida

       Te estás volviendo una historia difusa. Un rumor que me contaron una vez, que todavía retumba en las paredes, pero que no he vivido. Es curioso, es como si me asombrase de la historia. Me parece inverosímil todo aquello que digiero ajeno y que sin embargo engullí contigo. 

        Si te veo eres un actor de mil películas, pero de ninguna conmigo. De películas antiguas, de las que solo sé un argumento escueto.  Alguien me dice que yo también estaba en rodaje, alguien quiere que recuerde. Y recuerdo, pero no me veo. 

          ¿Cuándo pasó todo eso? Es que solo veo lienzos por los cristales, representaciones sin cara. 

         Será que he vuelto a ser yo misma o que este verano me siento nueva, con casi todos mis vestidos iguales. Y será que aquello que me dijeron

Las medidas de tiempo no tienen sentido. ¿Qué es un año? A veces 365 días, a veces 366. No pienso contarlos, es absurdo.

no era cierto. Porque cuando pasa un año casi todo empieza a repetirse, y no podemos evitar reflexionar sobre aquello que no lo hace. 

jueves, 23 de junio de 2016

Prohibido bucear

Contigo solo funciona el deseo, aunque no sea deseo hacia ti, pero solo deseo.

Contraposición al Toro

      Una vez recité una canción extranjera delante de un animal al que odiaba.  Esa canción,en la que alguien aparecía en sueños y no decía nada, ni daba un paso, me ha acompañado a lo largo del tiempo, cambiando su significado a su antojo, contándome mil historias diferentes, mis historias.

      Y ahora por fin me dice algo de otra persona.

miércoles, 22 de junio de 2016

Funciona

Nos encontramos de casualidad y decidimos emprender el camino común juntos. Fue una decisión natural. A mitad de trayecto me paré en seco y te cogí la cara con las dos manos. Te acaricié la barba con la derecha y te dije "Ya puedes hacer lo que quieras. No me importa, de verdad." Yo estaba feliz, no podía parar de sonreír.  Todas las casas estaban encaladas.

Entonces me tomaste la mano con indiferencia, como haciéndome un favor, queriendo volver a caminar. "No entiendes nada", te dije. Te solté la mano y seguí sola mi camino hacia el picnic del departamento. Ya deberían estar allí, en la plataforma que Christo había montado debajo del puente de Triana.

martes, 21 de junio de 2016

Clic clic

El día está en un entorno de cualquier día de elecciones. La hora, muy temprano. Un clic deshace otro clic. Sólo hay que aprender a que el segundo clic no se vaya de madre y listo.

Hay unos dedos que me recuerdan a los que colgaron unas teclas entre dos edificios cualquiera de Venecia y los coloreó de amarillo. No tienen nada que ver. Aunque quizá  tenga que ver con todo. Quizás me estén mandando señales de fracaso en forma de dedos, o de mensajes por la mañana, en entornos electorales.


Fui al pasado pero ya no había teatro.

Los niños se turnaban para mirar al público por el hueco de detrás del escenario. Cuando se asomó Mariquilla la empujaron y quedó a merced de la opinión de todos los que ocupaban la iglesia. Toda su familia estaba en la tercera fila, yo en la segunda. La saludé, sin recordar que era imposible que mi yo de seis años supiese quién era.

Ella me miró tan desafiante como perdida, con sus enormes ojos marrones oscuros. Empezó a cantar, sola. Su voz estaba tan poco corrompida como su alma, cantaba su alma. Ella era bonita y no sabía que sería yo, ni yo tenía intención de decírselo.

lunes, 20 de junio de 2016

Moldeando un barro oscuro y gaseoso.

Hay personas de las que lo recuerdo todo, hasta lo malo, porque soltamos la cuerda que nos unía.

Hay otras de las que tengo que convencerme de que la cuerda hace mucho que se difuminó en el tiempo, en Madrid o en Sevilla, justo cuando yo llegaba.

Pero tú pusiste un anzuelo en mi extremo, me lo clavaste en la mano y tiraste hasta que se me resquebrajó. Nadie quiere recordar eso.

Te voy a recordar como un niño vulnerable, corriendo sofocado.
Me quiero acordar de ti como redondito,
incómodo y vergonzoso.
Vas a ser unos puños cerrados luchando por dar pasitos cortos,
entre patéticos y enternecedores.

Eso quiero que seas en mi memoria, ya que es el único recuerdo que no me angustia, que no me hace sentir nostálgica. Es la única imagen que tengo tuya que no me hace sentir engañada, en la que no me siento bajo tu dominio de macho alfa tan penoso.  Es lo único que me hace sonreír y sentir algo de cariño por tu sombra.

sábado, 18 de junio de 2016

El caminito del parque

Suspiro.
Miro hacia arriba.
Los árboles se están apagando.
Sonrío.

jueves, 16 de junio de 2016

El microchip de otro

Me imagino en tu mente, reflejada en tus ojos.
Me veo minúscula, imbécil, inmadura, insignificante.
Me siento estúpida, desconocida, evaluada.

Soy altanera, soy idiota.

Y después soy todo lo contrario, o no soy nada.
Te das cuenta de que soy un arañazo en una almohada.
Que soy Mercurio y también soy Marte,
que de Venus no tengo ni la fachada.

Que en verano soy la Luna
y en invierno ardo en llamas.

Y luego solo queda ceniza.

jueves, 9 de junio de 2016

Feliz cumpleaños, vampiro

     En la fiesta de los amigos de mis padres algo iba mal. Ya resultaba sospechoso que hubiésemos tenido que ir de dos en dos, yo con mi prima, con chóferes de la zona. México era un país nuevo y mágico, pero las cosas empezaban a no tener sentido.

    De alguna manera apareció un señor desnudo, que yo conocía muy bien. Se tumbó en la cama y yo me acurruqué junto a él para decirle que todavía le tenía cariño. Él, como regalo de cumpleaños, solo quería sexo. Se acercaba a mí y trataba de rozarse. Yo trataba de huir en todos los sentidos.

    Al mismo tiempo, mi padre y mi hijo estaban siendo cebados de amistad. Pronto los anfitriones declararon que eran vampiros y que cuando la noche estuviese cerrada se los comerían. Propuse escapar, todos accedieron.

     Me costó muchísimo hacer la maleta: estaba llena de trajes de flamenca y de arena.

martes, 7 de junio de 2016

Madera y cristales

Cuando llegué a la puerta del hotel estuvimos hablando un rato a solas, detrás de la cristalera. Luego llegó aquel grupo variopinto, aquella mezcla de tus amigos y mis profesores. Pretendían cenar con nosotros.

- No te fíes de ellos, son unos fanáticos. - Me dijiste.
- Pero si tú eres tan fanático como ellos. - Te reproché.
- Luego te lo explico.

No fuimos a buscar mi habitación. Habría de ser una habitación lujosa, estaba segura. Tu estabas alojado en otra parte del hotel bien distinta, como diseñada por Escher. Estaba en un sótano gigante, donde había cientos de camas en las posiciones más insospechadas. Una escalera vertical de madera donde estaban dispuestas tus cosas del aseo llevaba a la tuya. Me dijiste que diese tiempo para cambiarte y que fuese a buscar mi habitación mientras tanto.

De nuevo entré en el gran ascensor del barco de mis sueños anteriores, en el que me perdí completamente. En mi llave, no acertaba a encontrar el número de la habitación. Vagué durante unas decenas de minutos por la segunda planta de un claustro de madera, equivocándome una y otra vez de número.

Volví a buscarte. Al pie de la escalera te grité que me ayudases. Pero me contestaste que no podías: había demasiadas cosas que te impedían de bajar.

Yo era importante

Eras un inmensidad.
Te hacía nuevo, de tan roto que estabas.
Hacía tanto calor y tanta luz.
Había tantas cosas por descubrir
en sitios que siempre estuvieron.
Las mañanas eran fresquitas y tempranas.
Y yo una muñeca de porcelana
que se volvió de trapo
cuando las tardes se volvieron frías.

viernes, 3 de junio de 2016

Haikus para tranquilzarme

No a la lejanía,
solo quiero distancia
psicológica.

Así quiero ver
no sentir importancia.
Impermeable.

Aceleración
realismo y para el golpe.
Reflexionaré.


jueves, 2 de junio de 2016

Recuerdos solteros y desconocimiento tranquilizador

Este síndrome de Diógenes de recuerdos. La exclusividad de los momentos compartidos me acuchilla en el ir y venir del tiempo.

Un "no te olvides de esto",
otro "ya no me acuerdo de nada".
Algo nuestro que tú habías perdido,
como la cinta de mi vestido negro.

Como una estrella venida a menos,
cuyos logros han sido olvidados.
Como una demostración perdida
de un teorema que anhelo.

Extraña, adormecedora
es la semana y son los meses
en los que al saber que no estás
ya no siento temor.

No siento temor de verte,
no siento temor de Madrid,
no siento temor de Alameda,
no siento temor de tus zapatillas,
ni de tus ojos verdes,
ni de la aureola de tus otros ojos.
No me da miedo tu boda,
no me dan miedo tus mujeres,
no me dan miedo tus hijos,
no me da miedo tu trabajo.


Porque no sé nada de ellos
y han dejado de existir
en esa semana y esos meses
y esos años que están por venir.
No saber me tranquiliza,
no saber que estás ahí.

martes, 31 de mayo de 2016

Un sueño, un lustro, un momento, un año

Los árboles en los caminos de los parques, que hacen otra especie de camino inalcanzable cuando se tocan las copas, me recuerdan un momento y un sueño. Un momento, hace exactamente un año, en el que te giras y me dices que me quieres para ti, como un niño pide jugar a algo por primera vez.

¿El sueño? El sueño es de 2010, es música antirromántica para enamorados. Es curioso y coincidente que haga justo hoy esa relación. Ahora entiendo que el que me acompañaba en mi sueño de 2010 eras tú, la música una premonición, que me saturaba el cerebro tanto como tu veneno moral, y los solitarios que se me echaban encima, creo que simplemente venían de otro lugar de la cuarta dimensión.

domingo, 22 de mayo de 2016

Vencimiento de cláusula

Feliz aniversario de nada.
De una cerveza que no llegó.
De hangares caprichosos, que vieron en mí una salvación absurda a un problema enterrado.
De proposiciones exageradas, que yo me creí y tú te creíste.
De la primavera que se esfumaba en el parque de María Luisa.
De ansias de consumirme.
De parar una clase por mirarme por la ventana.
De ir a tirar la basura y a quedar con una tía.
De ser una niña tonta que se creía especial.

Feliz aniversario de espejismo.
Feliz aniversario del chasquido de dedos que dura unos meses.
Feliz aniversario de apuesta arriesgada.

Feliz firma de contrato que no busqué, que me pusieron por delante y me vendieron como maravilloso. La letra pequeña ponía que debías romperme por dentro, en mil pedazos. Y yo firmé sonriendo, encantada y confiada.

Destruyan esos contratos.

viernes, 29 de abril de 2016

Preguntas a las respuestas que nunca me diste.

¿Qué eres si no una consciencia caduca?
¿Qué eres si no una sombra en el presente?
¿Qué habrías de importarme en el futuro, en tu muerte?
Cuando ya no tengas consciencia y tu sombra sea enorme.
¿Pero qué me importan a mí las sombras?
¿Y las consciencias? Si todas han de morir.

¿Por qué habría yo de mirar tus ojos que ahora me ignoran?
¿Tu sonrisa que se pavonea de la mía?
¿Por qué tengo que pensar que en realidad tu vida es miserable?
¿Por qué tengo siquiera que preocuparme de cuantas pobres desgraciadas has capturado en tu cama?

¿Cómo tengo que soñar para no preguntarme todo eso antes de despertar gritando?

¿Qué tengo que hacer para que me deje de importar que yo no te importe? Para aceptar que soy una sombra, que soy una consciencia y que fui simplemente una de esas desgraciadas a tu lado, y por ser una entre tantas, para ti no he sido nada, solo otro golpe autoinfligido en tu consciencia, que solo quieres olvidar.

Recuerdo que eres todo fachada, que lo has vuelto a ser. Que a fuerza de olvidarte me olvido a veces de quien eres en realidad. Que no eres alternativo, que no eres sensible, que no eres transgresor. Que llevas décadas aspirando a serlo y llevándote por delante a cualquiera que se te acerque.

Eres un monstruo vestido de guapo interesante, eres droga de la peor clase y no me voy a dejar arrastrar por eso. 

Intentas recuperar los años irrecuperables de tu vida que perdiste dejándote llevar por la inercia y refugiándote en el trabajo. Pero no puedes porque no tienes actitud, solo hechos aislados que no construyen, que no se pegan. No eres buena persona, ni siquiera eres simpático. Presupones siempre lo peor de las personas, menos de las que son lo peor, y luego reflejas todos tus errores en los demás.


Te adueñas del término justicia, diciendiendo lo que es justo y lo que no y abanderándote en la bondad. Y si eres cruel machacas días después al que te siga la corriente. Haces dogmas de justicia que no sabes seguir porque persigues algo que no buscas. Estás enfermo de autocrítica que no digieres, que vomitas sobre los demás.

Y yo soy yo, con mi poca paciencia, con mis sonrisas, con mis ideas, con mi mala leche, con mi humor ácido, con mi gratitud, con mi manera de enfrentarme al mundo, con mi manera de ser feliz y con mi familia (pase lo que pase). Yo soy yo, y gracias a que no quiero ser como tú, soy mucho mejor.

sábado, 19 de marzo de 2016

Como soñarlo y desoñarlo

La diferencia entre tú y el amor es un sueño. 

Cuando sueño con el amor, me despierto triste porque me él ha amado como ya no está permitido en mi realidad. Es una amargura que no me pesa, que forma parte de mí, de mi parte romántica. 

Cuando sueño contigo me despierto desesperada, deseando no haberte amado nunca. Me siento enferma de dependencia, llena de rabia cuando revivo como me humillaba para poder poner otra tirita a una herida de metro y medio. En mis sueños eres claramente el monstruo de crueldad que mi corazón intentaba justificar.

Pero a través de los sueños mi mente se desintoxica, te expulsa. Y cada vez son menos.

lunes, 14 de marzo de 2016

¿Qué sería de la desconocida?

     Estoy pensando en una mujer cuyo nombre desconozco, de la que solo oí hablar en una ocasión. Una chica irrelevante en la historia, con una tesis rota como su corazón. 

"En un momento dado esa chica desapareció y nunca más se supo."

      No he reparado en ella hasta hoy.  Se volvería loca, huyó y nunca más volvió. Y no te importó en absoluto, si acaso te sirvió para empezar a autocompadecerte. Hablaste de ella como si fuese una mancha irrelevante de tu pasado. 

      Tu pasaste por si vida y la tuya apenas la rozó. Me pregunto adónde iría. Me pregunto cómo sería en realidad. Si sería una mujer divertida o dulce. 

       Estoy convencida de que en algún momento, yo seré ella. Si no he sido ya un paréntesis en los oídos de una extraña, una palabra muerta en los labios de un fantasma.

Rayito

       Cuando voy a la facultad y me creo que voy al colegio o al instituto, y me creo que la radio de mi móvil es mi mp3 al que le cabían cien canciones.

       Cuando me siento chica, me siento yo, Mariquilla Turruete. Me lo veo en los ojos en el cristal de un coche. Ningún huracán ha pasado por mi corazón y todo se le antoja nuevo.

        En ese momento lo he olvidado todo. Esté en Francia o Andalucía, cada calle será siempre mi barrio de Córdoba, en dónde cada paseo era la mayor aventura.


Ahí se asoma mi parte más bonita, más pura y feliz.  La que te quería solo en forma de ilusión infantil.


¿Qué les pasaría a mis amigos del colegio?

miércoles, 9 de marzo de 2016

Estás siendo injusta

No te mereces mis sueños, ni mucho menos mis pesadillas.

No te mereces mi sudor por la mañana, ni mi respiro cuando me doy cuenta de que estaba soñando.

No te mereces mis recuerdos, ni te mereces mi sonrisa.

Y todo lo que te mereces: ser feliz, ser respetado, ser querido, ser apreciado, lo aplastas con la mirada distante.


No me merezco soñar con eso.

domingo, 6 de marzo de 2016

Mescalina

     Recuerdo el libro que me regalaste y se me encoge de nuevo el corazón. Como un recuerdo del poder del primer amor. También me veo buscando desesperadamente años después una respuesta entre sus páginas. Y ahora me siento a mí, valorando el chaval que fuiste como simplemente puro. 

    ¡Cómo cambian las puertas de la percepción con cada año que pasa! ¡Cómo se esclarece todo! ¡Cómo aprendes a no arrepentirte y a perdonarte! 

      El tacto de la ropa de un hombre siempre será mi mano en tu espalda tocando tu camiseta. Porque eso soy yo, al margen de ti. Yo soy tu sombra sobre mí y soy tu juventud. Todo pasado y nada presente. 

     Y miles de caminos para llevar los cristales de nuestro espejo conmigo. 

viernes, 4 de marzo de 2016

Otro Marzo

     Hola Marzo. Ya estás aquí otra vez para enfrentarme conmigo. Me recuerdas que se escurren por mis piernas mis planes de futuro manchados de sangre limpia. Me haces soñar con lo perdido y con lo que no tendré. Rompes mi camino, pones una valla y me diriges hacia más y más encrucijadas que son mi vida, que son mi mente.

     ¡Ay, Marzo! Te me antojas un mes de otoño, pero limpias el invierno y liberas todos los osos pardos que estaban dormidos. ¡Qué incómodo eres, Marzo! Otro año, y otro, y otro más, y yo solo tengo veintitrés. 

     Mayea en mí alguna vez. 
 

martes, 1 de marzo de 2016

Cómo he salido de una relación tóxica.

Sabes que cuando estoy triste escribo. Que lleno este espacio de palabras en vez de un cuaderno. Que mis amigos, los de verdad, a veces buscan aquí mi parte más oscura. Pero estos meses me robaron tanta felicidad que me han robado hasta parte de la tristeza. Estaba tan preocupada por todo que apenas si pude preocuparme por escribir.  Y ahora me siento en la obligación de escribir esto porque sé que hay muchas personas que están pasando por una relación como la que yo acabo de pasar y que no se atreven a dar el paso.

Mi vida ha estado llena de negatividad, de losa sobre losa, de palabras que duelen y silencios que matan. Falta de miradas, de caricias, de cariño, de fuerza, de dulzura y de apoyo. Me he cargado de responsabilidades que no son mías, de infelicidad que no he absorbido, sino duplicado. He regalado amor correspondido con monosílabos. Me he desesperado, he suplicado por las migajas del amor que, según él, le sobraba. He querido ser la solución a un problema mal planteado. 

Entonces se acabó, dejé de sujetar la carga tan pesada de nuestra relación y todo se vino abajo, porque hacía ya tiempo que él solo miraba, dejándose querer, carcomido por la depresión que le producía que yo no fuese la figura idealizada de sus sueños. ¡Qué miedo daba que todo lo que estaba sujetando se me viniera encima! Por eso quizás tu aguantas también esa carga, esa dependencia. Pero cuanto más aguantes, más peso vas a tener sobre tu hombros. Y no, no te preocupes, nada va a caer sobre la otra persona, porque se alejó de la sombra de esa carga hace tiempo.  

Se derrumbó sobre mí, sí. Me ahogó. Pero las heridas se sanan con el tiempo. Y me siento triste pero aliviada. Porque hay algo que he aprendido. Que la felicidad, sobre todo en una relación de pareja, es algo momentáneo. Que hay que esforzarse por ser feliz, valorar las cosas buenas y regalar esa felicidad a los demás. Que cuando no haces ese esfuerzo, que quizá no lo sea tanto, te hundes como quien deja de mover los pies en el agua.  Que si te resignas a ver a los demás sufrir solo encontrarás sufrimiento en ti mismo. 

Sé que haré todo lo posible para no ser así y he aprendido que no quiero en mi vida a personas que no busquen la felicidad en ellos y en los demás. No quiero personas que solo lloren por su infelicidad y la que causan a los demás en lugar de aprender y subsanar sus errores.  No quiero a nadie que vuelva la cara ante las lágrimas que provoca para no sentirse mal.

Quiero a personas que sean el motor de sus vidas, que no necesiten a nadie que tire de ellos para vivir. No quiero que nadie me deba nada emocionalmente o que sienta que yo le debo algo. 

Tú, haz lo mismo. Sal de ahí. Aprende a quererte y a ser feliz por ti mismo. Y después, busca personas positivas, que te valoren y, lo más importante de todo: Valora a esas personas y fomenta tu relación con ellas, no las pierdas.

Y no, no estoy mal. Porque sé que cuando vuelva a amar, amaré y me amarán mejor. 

sábado, 27 de febrero de 2016

14 de febrero

14 de febrero de 2016

Ni siquiera me regalas tu cara,
tu expresión indiferente,
y tiene que llegar la mañana
para que me enseñes tu frente.

Me duermo mirando tu nuca,
sin tener tu abrazo.
Intentando no molestarte nunca
para ser digna a veces de tu mano.

Me acerco a ti todo lo que puedo,
oliendo el tierno refugio
de un trocito de tu piel
como un perrito se acurruca
junto a su dueño.

Nueve de febrero

Nueve de febrero de 2016.

Atesoras tu sufrimiento, porque no cuesta nada. Hundirse en tus miserias es gratis.

"Sácame, porque yo no te pienso sacar de las tuyas. No me importan nada tus problemas, estoy demasiado ocupado en mi tristeza. Sé feliz por los dos, y yo ya veré si me permito el lujo de hacerte sonreir de vez en cuando. ¡Ah! pero yo no te estoy pidiendo nada, tú puedes hacer lo que quieras. Solo me encargo de que sepas las consecuencias de que te hundas conmigo. Huiré de ti en cuanto te des la vuelta. Triste y desolado. Y siempre por tu bien."

Que espantosa careta de felicidad y ternura te pusiste, haciendo sinónimos la fidelidad y el compromiso. Como un camello, me diste una buena dosis de droga para luego cobrarme por dosis pequeñitas, que solo me hacen agotar mis recursos para conseguir más. Y si un día desfallezco y decido estar sobria...

"¿Qué te pasa? Estás más rara..."

Y si te digo que me pasa te estoy atacando, te estoy desanimando. Estoy tan cansada...

miércoles, 27 de enero de 2016

Réplica celeste

¿Qué hacías con una taza blanca mirando a ese lugar entre mis ojos y el infinito? Él me dijo entre risas que qué estaba haciendo, tan despreocupado de lo que pudiese sucederme  como siempre. Yo le dije que eras tú, pero no pareció importarle.

Ya no hablabas, tal y como prometiste. Estabas allí de casualidad, no esperabas encontrarme entre las habitaciones de los armarios y las conferencias. Ibas vestido igual que la sombra de la bicicleta y tus ojos eran como cuchillas de algodón. Te busqué desesperada pero disimuladamente y me esquivaste, como prometiste. 

Supongo que todo tenía que ver con los "Ojos de perro azul" de García Márquez que leí ayer. Y es que creo que si tu estabas soñando lo mismo, nunca lo recordarás. Y que este blog de sueños son mis "Ojos de perro azul".

martes, 26 de enero de 2016

La defensa automática

Ayer soñé que me despedía de un hombre y que se me encogía el corazón. Soñé que quería cantar conmigo, pero no bailar. Quería mirarme a los ojos, pero no beberme. Tenía la certitud del que sabía que ya había muerto. Me levanté con una tierna amargura en el pecho que me acompañó todo el día.

Hoy he soñado con que tres hombres me llamaban por teléfono y que otro, desde la indiferencia, miraba la pantalla de mi móvil. El indiferente no te importa, porque no sabes quién es, ni a mi me interesa que lo sepas. La última llamada perdida era del último del que supiste y los otros dos eras tú. Y escúchame bien, no eran dos llamadas, eras dos personas. 

Dos personas diferenciadas eran tú y me habían llamado. Una eras tú y otra tu sombra, creo. Me planteé brevemente si devolvería alguna llamada, y digo brevemente porque concluí que sí en pocos segundos que te llamaría a ti. El problema es que no sabía a quién telefonear. 

Desperté y cogí mi bicicleta. Entonces, como respondiendo a mi llamada, tu sombra me adelantó en la suya. Tu sombra de Peter Pan que me persigue a veces dormida y a veces despierta, que existe en mis sueños y en el peinado de un ciclista, en los ojos de algún matemático y en la amplia sonrisa de los inocentes.   

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