sábado, 30 de diciembre de 2017

Si te dejo llamarme "Colcita"

Paseaba por la calle Angel de Saavedra y allí estabas, conversando animadamente con mi familia. Junto a ti, una copia mala de ti mismo.

- Es muy parecido al que te envíe. - Le dijiste a mi padre señalando a tu copia.

Quisiste hablar conmigo, separándome del grupo, pero para mí la realidad entrechocaba con la idea de que nunca más habría de encontrarte. Me desmayé.

Desperté en una cama, velada por ti y por tu copia, muda.

- ¿Qué haces aquí? - alcancé a preguntarte.
- Tenía ganas de venir a Córdoba.
- Dime lo que quiero saber.
- Ya no estoy con ella. Puedo ir a cualquier sitio, mañana mismo dejaré Madrid.

Te imaginé conmigo alrededor del mundo y sentí que podría vivir en cualquier parte del mapa.

- Déjame quererte de nuevo.
- Déjame pensarlo.






martes, 17 de octubre de 2017

Una vez tuve una especie de cómplice

¿Sabes que cuando te confundes en mi masa dejas, en cierta manera, de ser especial? Porque esto es un registro de deshechos, de miserias, de intenciones y a veces hasta de hipótesis.

Cuando te concedo el poder de estar aquí, dejas de ser mi amigo, dejas de ser para siempre, empiezas a ser pasado. No sé, a lo mejor estás en un para siempre diferente, ese que está en los libros pero que no está en la vida. 

Ya veo como se difuminan las escenas de otra etapa de mi vida, tan inconstante, tan desvanecida como todas las demás.


¿Quién llegó siquiera a mirarme por dentro? ¿Quién creyó habernos desentrañado? ¿Quién se decepcionó?

Qué sorpresa. Al final solo era una persona normal. Y eso siempre te rompe los esquemas.

Me acuerdo de cuando fui una persona normal, tan normal como desnuda, tan desnuda como sonriente, tan sonriente como tranquila. Solo me hacía falta una sombrilla y una playa. Y no pude hacer nada por no destruirlo.

Pero eso no tiene nada que ver contigo.

sábado, 14 de octubre de 2017

Pareciera que estás en blanco y negro

Es triste navegar en el mar de ceniza de tus recuerdos, donde no hay casi fotos, porque vivimos juntos una transición digital y revolucionaria de sentimientos. Estabas tan cerca de mi corazón que nunca necesité retratarte más allá de una foto de carnet, como hacían nuestros abuelos. Creo que perdí esa foto a propósito, en alguna cartera antigua. 

Y toco nuestros restos fosilizados como si de verdad estuvieras muerto. Y a veces sigo llorando, por puro placer. Y lloro porque querría volver a tener quince años y volver a quererte, porque nuestra Córdoba ya no existe y cada día quedan menos sitios donde imaginarte de mi mano. Y ya ni siquiera me acuerdo de la esquina de aquellos veinte duros donde me dijiste lo guapa que estaba. Joder, ya nadie dice veinte duros, igual que tú no solías decirme cosas superficiales. 


No te confundas, no estoy loca. Es que no me gusta hacerme mayor. 

jueves, 12 de octubre de 2017

Tu recuerdo sabe a madera


Hay emociones que me saben a madera. Me veo irrumpiendo en tu casa minúscula, en tu verde que contrastaba con mi naranja. He olvidado casi por completo como era la ilegalidad social de desearnos.  Porque nuestra casa de París nunca fue como ninguna de nuestras otras casas, que no sabían a madera.

Me sumerjo, instintivamente, en las sábanas de nuestro amor, que era nuestro cómplice y que destruyeron tus creencias. 

Y ahora estás casado. Tu pragmatismo quizá te haya hecho deshacerme y reconstruirme para tu comodidad. 

Y ya nunca sabré de ti.

Pero tampoco lo necesito, porque estás en la caja de madera de mi corazón.  

lunes, 9 de octubre de 2017

Atrapados en la norma

¿Por qué nos atrapas en el todo o nada?
¿Por qué nos haces infelices en los extremos?
¿Por qué no puedo besarte sin que me poseas?
¿Por qué no podemos querernos sin que te posea?

Decir "no quiero hacerte daño" es la manera fea de decir "te quiero hoy".

Somos incapaces de vivir el presente.
Y vivimos los rencores.
Y absorbemos el futuro.

Me siento invadida por escenas sobre los celos.
Me siento agredida por la norma.

Mi yo presente no tiene nada que hacer contra mis millones de yos pasados y futuros.

Y así nos encontramos, o solos o atrapados.

miércoles, 4 de octubre de 2017

A veces sonríe, creo

Ayer me preguntaron por ti, como si estuviéramos en tu casa. Y dije que no sabía nada, no quise dar más detalles.  Por dentro pensé "a veces sonríe".


Esta noche me crucé contigo en mis sueños, en el supermercado, mientras yo compraba cerezas. Te sonreía todo el cuerpo, y le hacía parecer más relajado, y eso te transformaba el mismo tiempo en más joven y más anciano. 

- Te veo,  bien, como más feliz.- Te dije con cariño.
- Eso ven todos, pero yo no puedo verme a mí mismo y, por tanto, no soy capaz sentirme de ese modo. - Contestaste impotente.

Reímos en cada esquina del centro comercial, y nunca me trataste mal. Eso me da paz.

Quizás sea verdad que eras un reflejo de mí misma.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Algo que hice mal

Jugábamos a encontrar pistas
por la ciudad rota y cosida
y sus almacenes desangelados.
Sabías que no te pediría perdón,
e ignorabas que quería rozarte
la mejilla, la nariz, lo que tocase.

"De esto va todo,
de que somos millones"
contestaste a mi sorpresa.
Tenías razón y no me pesaba
pero mi boca no usaba palabras
que redimieran o iluminaran.

Me agarré a tu pelo,
me subí a tu boca
y tu sorpresa no apartó mi peso.
No eras mío,
no era tuya,
pero el momento nos pertenecía.

"¿De qué va todo esto?
Esto ya no nos toca"
me dijiste iluminado
o tomándome por loca.
Me dejé caer en tu pecho.
"Perdona, perdona, perdona"

lunes, 4 de septiembre de 2017

Adolescencia

La adolescencia es un periodo terrible, al que no me gustaría volver. La gente usa el adjetivo adolescente de manera negativa, como sinónimo de inmadurez.
Pero yo necesito sentirme adolescente, aunque sea por unos segundos al día. Porque no todo es inmadurez, porque también es explosión, porque es miedo a ser descubierto aunque no estés haciendo nada malo. Es permitir que te siga dando un vuelco el corazón de vez en cuando. 

Ser adolescente es demoledor, pero no hay mejor sensación que la de sentirse adolescente siendo adulto. 

martes, 22 de agosto de 2017

Cuánto te quise

Tengo derecho a atesorar los momentos antiguos, a revivirlos sin pena. Mi alma le sonríe a tu recuerdo, tan inexistente como tu amor por mí. Y no me importa, porque he aprendido a vivir en la integración  que me hace feliz.

Por un lado, mi pasado ya no convive con mi futuro. Ya no me pone una soga al cuello repitiéndome que nada será como antes. Por otro, hago mi pasado parte de mi presente,  parte de mí.  Ya no rechazo los recuerdos felices que me causaban dolor, ni los recuerdos dolorosos que me avergonzaban.

Los recuerdos de mis emociones y mis derrotas no merecen ser olvidados. Teniéndolos conmigo, sin dolor, es como seguiré mi vida.

Y ahora por eso puedo vernos frente a frente en el Automático, mirándonos a los ojos, cogiéndonos de la mano por encima de una mesa que han cambiado de sitio.  Por eso ahora puedo cerrar los ojos y sentirme abrumada por el escalofrío que tus ojos me causaban al contemplarme. Y sonrío, porque lo puedo sentir real.

Te puedo sentir inmortal e infinito en ese momento de mi memoria.

domingo, 20 de agosto de 2017

Sueño de tu recuerdo caduco y actualizado

El actor me hizo soñar contigo.

Como antes, mi amigo me amaba. Había arriesgado su cordura por mí.

Como hace una década, viniste a quitarme mi vida. Y yo, feliz, me fui contigo. Me fui como la adolescente que dentro de mí siempre aspiro a ser. Trepé por el éxtasis de tu abundante cabello, me sumergí en el zumo de tu media naranja.

Te besé en la cocina. Y entonces, por primera vez, sentí vacío al lado de tu recuerdo. Tus labios me supieron a ceniza congelada. Te amaba, tenía que amarte, por tradición inventada. Y sin embargo, nuestro pasado me estaba robando el destino.

Desperté y me alegré de saberme soltera.

Ojalá siempre te ame, ojalá siempre seamos ceniza.

Ojalá no vuelvan a echar en la tele una peli de Alejo Sauras.

sábado, 19 de agosto de 2017

Todos somos iguales

He pagado por todas ellas. He sido, en cierta manera, cada una de ellas. He pagados sus celos, me he cobrado los tuyos. Me he cobrado también tu miedo y tu huída, y te he devuelto la mía.

Me estuve gastando millones en demostrarte mi unicidad y casi pierdo la existencia.

No me di cuenta de que si las ves a ellas en mí, es porque no me ves.

Pero yo no soy nadie para decirte esto, porque eres al menos dos personas.


martes, 1 de agosto de 2017

El derecho de sentirme frágil sin sentirme culpable

Mi error no fue amarte, sino pensar que me habías desentrañado. En mi vanidad no vi que tú solo necesitabas un delirio fugaz, y que en ningún caso soñarías conmigo. Y ahora me da pena haberme endurecido y ser más real, aunque no me arrepiento. Y ya solo sueño contigo con los ojos cerrados, como cuando beso. 

Pero ya sé que no me viste, que me creaste a voluntad de tu fantasía y yo te ayudé. Sé que cuando quise abrazarte el alma me rechazaste. Mi fragilidad puede ser aterradora, no te culpo. 

Me toco los brazos y me siento verdadera. Ahora quiero sentirme digna de mí.

viernes, 28 de julio de 2017

Sigamos así

Me alegra comprobar que los años no borran nuestra manera de sonreírnos, cuando lo hacemos los dos.

Te independizas, por unos segundos, de los perfumes, de los desplantes, de mis fracasos y mis errores.

Y quieres ser puro. 
Y yo te lo acepto. 

Porque puedo apreciarte de forma serena y eso no me duele.  

Felicidades o auguri

Creo que, de alguna manera, reprimes un grito y oprimes mi oído.
Una vez me dijiste que yo te conocía.  Eso me pareció cruel.
Creo que, en lo más profundo de tu ser, nunca quisiste que te conociera.
Una vez me dijiste que me echabas de menos. Y aunque fuese verdad, no lo era.
Creo que, dime si me equivoco, nunca quisiste sentirte responsable de amarme.
Una vez me dijiste que lo sentías. Eso me pareció frío, porque nunca intentaste ponerte en mi lugar.


Yo jamás te pedí nada.
Yo no te pedí que dedujeses sentimientos que no eran tales, sino maneras de recordarme quién soy.
Yo no te pedí noches en vela, tampoco te pedí que pararan.
Yo no quería tu perdón, yo no quería tu compasión, yo no quería ni siquiera conocerte.


Pero sí esperaba,  erróneamente, cohesión y coherencia.
Y aunque nunca percibí mentiras, me pareces deshonesto.
Y me pareces un cobarde.

Supongo que lo hicimos lo mejor que pudimos para no hacernos daño.
Pero yo sigo sintiendo que viví una farsa, de la que me siento enormemente responsable.




lunes, 24 de julio de 2017

Vernos por dentro

¡Cómo me gustaría leerte!
Ver dentro de ti,
mientras me das la vuelta.
Entender el interior de tus ojos
sabiendo que encuentras el mío.

Ojalá me pintaras los gritos,
me borraras el miedo
durante diez minutos.
Los que me bastan
para prometerte la noche
para borrarte la boca
para creerme tus sueños.

Ven.
Y no digas nada.
Que tu voz sea tu mirada,
que mi esencia sea mi sombra
y mi pecho tu almohada.


domingo, 23 de julio de 2017

Más ceniza

He sabido que nuestro penúltimo beso salió ardiendo con los pinos de Doñana.  Ese beso que en realidad fue el último, porque el último fue el primero y único. Por tanto, he sabido que nuestro beso final, inoportuno, se ha quemado como las cenizas que soy.

Me impacta como sigo dando continuidad a tu figura unificada. Como veo el fuego que nos vuelve a devorar, y como encuentro unos pendientes que creí perdidos. Unas flores que no existen desde ti vuelven a aparecer. 

Y no significa nada, solo es melancolía. 

sábado, 22 de julio de 2017

Un penique

 


Me  pregunto qué  pensarás  cuando leas  esto.


viernes, 21 de julio de 2017

De un día para otro

Me sigues sacando una sonrisa triste.
Mis labios maduran en mi libertad,
contemplan tu niñez eterna,
tu miedo a los aplausos,
los que solo recibes cuando te vas.

Me siguen enterneciendo,
tus ganas de sacarnos una sonrisa,
una curva convexa de tu ego,
una canción que se grita,
para emborronar el pasado.

Y luego pasa un día
y me canso de mi estrategia,
una inspiración vacía,
un sueño deconstruído,
para incriminar mis letras. 

martes, 18 de julio de 2017

Flotando respiro

Cada explicación de menos
es en mi pecho
una bocanada más.

Me ahogaba tu presentimiento
en cada pestañeo,
en cada palabra
que intentaba ser tu cómplice,
que se convertía en nuestra enemiga.

¿Cómo vivir anticipando mi culpa
a mis actos en tu juicio?

El amor no está ciego,
ni lo acompaña la locura.
Tu locura es ciega y mi amor
no es a costa de ella.


¿Qué tal, desconocido?

Tenías una señal en la nariz que no era consciente de que te definiera.

Me gusta verte en la cara de otras personas, para mirarte sin terror.

Vi tu sombra en la cara de un joven griego y me congratulé de mi nostalgia alegre.

A los ojos de aquel desconocido con tu señal de identidad les  conté nuestro secreto.

viernes, 2 de junio de 2017

Cartulinas y palmaditas

     Sigo convencida de que el tiempo es una mentira, de que es tan cíclico como el de Niestzche. Viene a mi mente aquel esquema del año, de mi clase de preescolar, con las estaciones distinguidas con colores, con los meses formando parte de un círculo imperfecto. Siento que piso esas losas de papel una y otra vez cada año. 

    Y yo, lo único que querría es recortarlas y ponerlas en línea. Romper este espacio recubridor en el que me siento atrapada, donde caigo una y otra vez por las rendijas de la cartulina.

    Erramos al pensar que no nos diluimos, que no desapareceremos entre la incesante marea de personas, aunque sigamos vivos.  Te equivocas al pensar que si mi memoria se ahoga entre las mujeres, la tuya no se pierde entre los hombres. Ni tú ni yo somos especiales. Solo somos un punto del infinito que ya ha pasado, un sueño disonante de nuestro auténtico yo (el único y presente). 
     

Y aunque te empeñes en demostrar, 
en alterar, en vencer, en claudicar. 
Ya no eres tú y ya no tienes público ni rival.
A nadie interesan nuestras sombras,
las que siempre permanecen detrás.
No intentes vivir de una herida
que nunca quisiste curar.

miércoles, 26 de abril de 2017

Resaca de cumpleaños

Que tu dolor provenga de las acciones de otra persona no te da derecho a expresarlo de forma que la hieras deliberadamente. Que sientas dolor no significa que la causa sea deliberada. Porque sientas frustración no tienes que buscar a un culpable. 

Y yo aquí ando. Sorprendida, dolida, con todo mi amor, mis ilusiones y mis esfuerzos caídos en saco roto, mientras que me ducho y pongo lavadoras, porque todo huele a ti. 

Vencida realidad

Dejé de buscar ganar, siempre me ponías contra las cuerdas y me decías que no era un juego. Y no lo era, porque era aterradoramente real. Pero algo sí que gané. De mi capacidad de no ganar dejé de intentar jugar con las palabras, de cambiar piezas para que todo encajase en mi cabeza, según mi realidad.

Y entonces gané realidad y la acepté como imperfecta.

Y ya está bien de ideales.

Mira, yo qué sé

He tried so hard.

Pero  no pudo dejar de ser lo que era.

I always will be a person.

A person forced to be forgot at some point, when you'll decide that I don't deserve a memory, a feeling.

Es terrible estar cambiando a cada rato, moldeado por las actividades cotidianas, pero con la decisión firme de quién y cómo eres.

Even when I will know a little piece of myself, I think I will be always questioning myself. Who am I? What am I doing? Why I'm doing it? Y eso es lo que me dará forma a cada rato, moldeada por un sentido consciente de mi humanidad. 

Yo no soy contráctil

En matemáticas hay resultados que se cumplen de manera local, es decir, en cada entorno de un punto, pero que no se cumplen globalmente. A veces es más fácil mirar las situaciones localmente y simplificar en forma de falacia:

1. Toma una propiedad que se dé en entornos de varios puntos que forman un conjunto P.
2. Haz de ella una propiedad global.


Problema: Es posible que la propiedad que  has creado no se satisfaga, aunque lo haga en algunos entornos locales de algunos puntos.

Solución: Crea una superficie diferente H', que contenga P y en la que se satisfaga de forma global la condición.

Ahora tu realidad es inamovible, con tu historia-superficie H hecha a tu medida, para que te resulte fácil comprender que está pasando, para poder aferrarte a ella, para poder contársela a todos si te preguntan que pasó. 


Y ahora encárame, álzame la voz, hiéreme con tu verdad, con todo lo que he compartido contigo, con tu puzzle H'. Sé dañino, no seas dialogante y obvia H\setminus P.


En matemáticas, a veces crees tener la respuesta a un problema. Estás seguro, estás eufórico. Lo has resuelto, al fin. Y entonces, horas, días incluso semanas más tarde puede ser que te percates de que lo que has hecho no tiene ningún sentido. Que H' no está bien definido.


Y hayas borrado la definición de H.

domingo, 23 de abril de 2017

Sharp shadow

Nítida sombra
a veces te veo
en rostros desconocidos.
Te intuyo en adultos
y te veo en muchachos.
Admiro su piel tersa
y su mirada inocente,
que es profunda
y que no sabe nada.
Y como me hago
cada vez más adulta
y menos muchacha,
me intuyo menos
y me veo más.
Ya dejo de verte
para recordarte.


Sharp shadow
sometimes I see you
in unknown faces.
I sense you in adults
and I see you in boys.
I admire their smooth skin
and their deep look,
which knows nothing.
As I am getting older
and less girl,
I sense me less
and I see me more.
So I give up seeing you
to remember instead.




miércoles, 12 de abril de 2017

El cambio

Creo que existe una diferencia sustancial entre el desapego emocional y ver tu vida pasar. Aceptar que todo es efímero, que el mundo está en continuo cambio y que nada dura para siempre no es sinónimo de ser superfluo, de no ofrecer, de no darte oportunidades. Cuando solo tomas lo que se te ofrece, tienes que pensar que puedes tomarlo porque alguien te lo está ofreciendo. Si tú no ofreces, incluso si solo ofreces cuando se te ofrece ofrecer, solo caminas sin pararte a ver el paisaje. Te cruzas una y otra vez con personas que solo están contigo si se dan la vuelta y te siguen.

Aceptar el cambio para mí es más tomar conciencia de lo que no podemos cambiar, y decidir, dentro de lo factible, dónde queremos pararnos. No quedarte en ningún sitio porque tarde o temprano vas a seguir caminando no me parece una buena idea.

domingo, 9 de abril de 2017

Quiero irme

¿Qué me ata al hilo que cuelga del techo? Creo que estaba equivocada, y que no sabía enfocar dónde estaba mi sensación de libertad. Quiero tener la sensación de estar en ese árbol con ramificaciones infinitas en cada nivel. ¿No es eso la vida? 

¿Quién me está talando las ramas de abajo y por qué debería importarme?

viernes, 27 de enero de 2017

Llanto, consuelo y desprecio

      Te amaba. Amaba tu ternura, amaba la fragilidad de tu espíritu. Amaba que te hicieras el fuerte escondiendo todo tu sufrimiento. Y, déjame decirlo, adoraba que derrumbaras frente a mí porque soñaba que podría rescatar al niño perdido que había en ti, para darte un nuevo comienzo.

      ¿Sabes cuál es el problema? Que tú soñabas lo mismo: con tu felicidad y no con la mía. Y yo te amaba, todos saben que lo hacía con fe ciega, como si fueras el terrible dios que amenaza a los judíos. Así fue como me enviaste directa al infierno.

      Te quise tanto que mis sueños no te olvidan, que aún me duele tu rechazo, aunque sea un rechazo camuflado de paternalismo. Tengo tus expresiones, tu esencia, tus modos taladrados en el cráneo, de adentro hacia afuera. Y es que, aunque tu cama la calienten mujeres, tengo la certeza de que sigues lleno de sentimientos que te acuchillan.

    En mis sueños voy a tu rescate, a susurrarte palabras de ánimo que malinterpretas para ridiculizarme, para darte la oportunidad de rechazarme una vez más, para crearme otra certeza: Que no he sido la que más te ha amado ni a la que más has querido.

     Pero el mundo se sigue moviendo bajo mis pies, en cada paso, recordándome la verdadera realidad cambiante. Te quise, y eso me hace a mí misma y a nadie más. Y no lo puedes entender. No comprendes que no te odio, que solo quiero evolución.

     

martes, 17 de enero de 2017

Complejo

     Puede ser que mi sueño me indicase que el rechazo por su parte rompió el espacio que ambos suplíamos, cuando nuestra insana balanza de atenciones se vio descompensada. Y es que la balanza ya no solo medía el peso de nuestras carencias, sino también la fuerza con la que las empujábamos hacia abajo.

domingo, 8 de enero de 2017

Cuando se va la luna

Tienes miedo de que llegue la noche. Yo también lo tengo, siempre lo he tenido. He tenido miedo de que la luna sea nueva y no tenga una blanca referencia, miedo de inventarme constelaciones, miedo de que la luz de las estrellas provenga de aquellas que ya se han destruído. Miedo de no poder ver la noche desde otro enfoque, en el que pueda dormir tranquila.

A veces me pregunto si la clave será aceptar que el día y la noche son complementarios. Y conseguir vivir sin contaminación.

Lo más leído