lunes, 1 de abril de 2019

La última vez que te vi

Te vi salir de mi tren para coger otro a Málaga,
te bese levemente, exhausta, en la estación de Sants en Barcelona,
recordé tu primer y último "ya te echo de menos", mientras rompía el corazón de otra persona,
te vi despidiéndome con compasión en la puerta de mi casa en Córdoba,
me abracé a ti en Dijon y te di las gracias por hacerme olvidar,
me desperté en Tintes, en Sevilla, y ya no estabas, pero leí tu nota,
te abracé y te dije hasta luego en el aeropuerto de Bérgamo,
te despedí con desenfado en Villafranca de los Barros,
te vi fingir un saludo alegre en Santa Justa, que era un adiós.

Morimos en cada segundo, mutamos de piel y de alma.
Antesalas de funeral, de duelos muy diferentes.

Algunos terribles, que calaron el fondo de mi alma, que me dejaron cicatrices inmensas, con relieve desesperado.
Otros que fueron víctimas del cáncer que carcome el amor poco a poco, de forma que queda paz cuando lo mata.
Y los últimos, las tumbas pequeñas de amores que ni empezaron, con filigrana de pena y de preguntas. Historias que son torbellinos, que se lloran y se guardan el cajón de las tonterías.

Y yo me digo que soy tonta, lista y que hay fortuna en mi mala suerte.

Lo más leído