domingo, 13 de diciembre de 2015

En realidad no existía en ningún universo

Ya ha llegado diciembre, el mes de prueba. Porque marzo es mi mes de la tristeza, pero diciembre es mi mes de los demonios. Y con diciembre me llega una nueva reflexión que te vuelve imposible. Porque tuve que pasar por ese mes para sentir tu pérdida.

Tantas veces pienso que hubiese pasado sin el banco en la oscuridad, sin tu pena que se volvió la mía. Ya lo entiendo, ya lo sé... Diciembre no hubiese existido, el calendario tendría once meses y nunca te hubiese querido de nuevo.

¡Qué estupidez haberte querido de esa manera!

sábado, 12 de diciembre de 2015

La tarta de la semana que viene

¿Qué has hecho conmigo? ¿Qué plantaste en mi interior?

- Mi incertidumbre.

- Tu desilusión.

- Una tremenda sensación de injusticia.

- Unas injustas ganas de venganza.


Voy a mirar en las recetas de mi abuela, a ver que se puede cocinar con todo eso.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Un ojo

A la tuerta, todos le decían la suerte que tenía de no ser ciega.

Atrapada

     Siento que la pasión derretida me llama. Llama por dentro, a los huesos de mi cabeza, como si mi cráneo fuera una puerta por la que fuera a salir. Me golpea muy fuerte. Pero no siento miedo, desafortunadamente, no es una de las demasiadas cosas que no entiendo. La conozco desde antes de tener edad para comprar alcohol, la razón empírica me la presentó. Tú también la tienes, todos la tenemos. 

     Deja de llamar y me araña, sabiendo que quizás el chirrido de sus uñas resuene en toda mi osamenta hasta llegar a las costillas y retumbar en el corazón. La razón empírica por su parte me susurra:

"Regardez vous, vous êtes triste."

Y al mismo tiempo me acaricia con recuerdos, con la idea de que en estas cosas, cualquier tiempo pasado fue peor.  Pero eso solo me hace más consciente y la derretida se convierte en la empírica. 

      Me siento entonces atrapada en el impenetrable muro de mi carne, sola, sedienta de palabras que describan la realidad que no existe más allá de ese muro, que solo describen sombras platónicas.  Me tienta la idea de dejarme pudrir aquí dentro y dejar de intentar estar a la altura por si decides venir a buscarme.

lunes, 5 de octubre de 2015

Estoy llena de barro

        Me duele la inteligencia (y la "intelijencia" que daba el nombre de las cosas). ¿Sabes por qué? Porque no da el nombre de nada. Solo configura espirales de cuchillos, contra ti mismo y contra los demás.

           Os odio, cerebros premiados, al mío y al tuyo. Y detesto a mis manos que reprimen, oprimen y exprimen mi cabeza porque no haces lo mismo con las tuyas.

          Un monstruo apático está llamando a mi puerta, ansioso por beber de mis sentimientos, por liberarte de tu desdicha de señoras y autobuses. Pero mientras una mano está en mi cráneo la otra agarra la puerta con la fuerza de compromiso que le da mi corazón.

       Me voy a desmayar si no me ayudas. Y se me escapará mi dañina inteligencia, y entrará el señor de la puerta y me acuchillará el corazón. Entonces, con el paso del tiempo, solo serás otra triste cicatriz.

viernes, 18 de septiembre de 2015

El final olía a hierba

        Desde hacía varias semanas el musgo de cuadrados los estaba invadiendo todo. Crecía rápidamente allá donde se lo propusiera. Las personas que paseaban parecían asumirlo con admirable resignación. No cesaban sus vidas, continuaban paseando mientras las enredaderas verdes oscuras los devoraban por fuera y por dentro.
             
              No existía lugar del planeta al que huir porque no podías escapar de tu propio cuerpo. Intenté ocultarme en el laberinto de rosas, en las ciudades de calles más estrechas, en Venecia. De nada sirvió. Solo veía como mis amigos se convertían en estatuas antiguas.

            Un día, en mitad de mi desesperación, una mancha cuadrada apareció en mi dedo pulgar. Qué alivio, ya no necesitaba correr hacia ninguna parte. Pronto yo también sería una parte más de la moderna Pompeya de musgo rígido que alguien visitaría dentro de cientos de años.

sábado, 22 de agosto de 2015

Frac

      La última vez que estuve en la heladería de la Plaza de la Flores le confesé a mi madre que tenía miedo. Hoy he regresado al mismo sitio. Han pasado más de cuatro meses. Me he tomado un helado diferente, pero he de confesar que mi miedo es bien parecido.

      Cuando mis propósitos contra mis miedos se hacen fuertes, me doy cuenta de que me da miedo luchar sola. Me percato de que incluso puede ser que al luchar sola ya esté sola, como siempre. Y así pago mi deuda con el mundo y conmigo misma.

jueves, 13 de agosto de 2015

Color opaco

         Cuando despojas a tu voz del cariño, cuando arrancas la ternura de tus ojos. Cuando el odio no existe y deja paso a la indiferencia y la desilusión, me das miedo. La mentira me duele menos que la verdad, pero me duele más porque es mentira. 

       ¿Adónde escapa el brillo de tus pupilas? ¿Adónde la risa gutural? Dónde están para ir a buscarlos, para no perderlos en la pompa de jabón. 

        ¿Por qué tropiezo una y otra vez una y otra vez con el contraste entre la inmovilidad de los recuerdos y el asesino paso del tiempo? 

viernes, 7 de agosto de 2015

Balanza inexacta

  Ya vendrá. Llegarán las ruinas de mi existencia al enclave de la animación. Llevaré mi mochila sin saber qué tengo dentro o a quién pertenece, si acaso no me perteneciese.

     Continuarás en resistencia contra la espuma del derrumbamiento, que quizás sea cada vez más transparente, pero no menos fuerte.

      Ya se irán. Y las incertidumbres darán paso a la determinación. A alguna.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Una casa para mi cerebro

Un soporte.
Un axioma.
Una salida.
Una ventana.
Una vela.
Un soplido.
Una carretera.
Una utopía.
Una distopía.

O una autonomía que no tengo.
O un portazo que ya no puedo dar.
O sueño que me abraza y me apuñala.
O un volver a empezar cada mañana.
O un cerrar los ojos cada madrugada.
O una casa teselada de atardeceres.

Y comprender de nuevo lo que habías olvidado,
denunciada por tráfico de sufrimiento.

domingo, 28 de junio de 2015

Remanente

Apuesto al verde,
contra los pronósticos de mi sangre.
Lineal, lineal, sin viajes en el tiempo,
sin corrector que manche las cadenas.

Sin aplausos, sin críticas,
sobre mi corazón derramado hace tiempo.
Derretido, me retas a no amarte,
con la facilidad
de quien deja de amar en dos segundos.

Y cada día apuesto más y más,
con todas las probabilidades en contra.

Yo no me quedo con venas que apostar,
hasta que me ahogo en mi propia sangre.
Yo te ofrezco navegar en mi alma,
si no me estrellas contra mis acantilados.

Le cortó la costilla con una radial.

Se deformaba, ¿te das cuenta?
Un año gritó a las huellas del odio
y al siguiente babeaba piedad.
Se deformaba el deber,
se fusionaban el cariño y el desprecio.

¿Qué buscabas,
sumergido en tu pasado enfermizo?
Ay, ¿qué buscaría yo
por olvidarme de mi cárcel
hecha de barrotes vectoriales?

No estoy destapando la caja.
La he roto para que salga toda la música,
la buena y la estúpida.

Entonces, escúchame, amiga llorona:
Solo estamos tú, yo y la dualidad.
Eso somos ahora y dentro de cuarenta años,
cuando solo seamos tú y yo.

miércoles, 17 de junio de 2015

Mira qué pone en esa piedra

Sabes que no tengo armas, ni boca, ni tacto. Sé que dentro de mí hay un vacío lleno de palabras que no pueden salir. Hace seis años me dije "cállate, niña tonta" desde una nube de estabilidad.

Quizás me calle. Quizás ese espacio sea solo para mí y para una piedra sin ética y sin moral. A lo mejor me como la piedra. Puede ser que me atragante.

...

Ahora la roca es parte de mi ser. ¿No la quieres? Es yo y es interna y extrínseca. Está bien, la guardaré en mi estómago.

Supongo que es un error que me guste el  arte antiestético. Pero la subjetividad del error es increíblemente bella. Lo que pasa es que está escrito en la roca visceral.

lunes, 1 de junio de 2015

Mis dos mitades.

      Más fuerte que nunca siento entrechocar mis dos mitades. Furiosa, una arremete contra la otra, queriendo derrocarla, pero no sé cuál. "Cállate, cállate", escribe una mientras la otra le chilla que no es de verdad. 

        Recuerdo a los que quisieron a la que chilla, y no comprendieron a la que escribe. Entonces la que escribe los destruyó. Recuerdo a los que amaron a la que escribe y se asustaron de la que chilla. Entonces huyeron despavoridos de mis gritos. 

        Solo cuando me entiendas como la unión de mis dos partes, podrás amarme y hacer que me sienta amada.

lunes, 25 de mayo de 2015

El no ser no es

      Me da miedo oírte por si es la última vez que te escucho. Por si ya no quieres hablarme, o por si ya no quiero entenderte. Y retengo esa penúltima vez en un cajón que no abro, para que la última sea cuando yo quiera.

       He aprendido a romper papeles para destrozarlo todo, a resquebrajar el pasado y reírme de mi estupidez. Sé que florecen las jacarandas y todo mi corazón se multiplica por cinco.  Soy consciente de que los personajes de mis sueños tienen un ojo morado, como el color de mi bandera. Y no me da miedo ser, ni tampoco no estar.

      Y aún así Parménides a veces no me deja vivir, quitándome el movimiento de las circunstancias. Déjame aceptar que todo se mueve, o remuévemelo todo por dentro. Tú eliges.

domingo, 24 de mayo de 2015

La arista incidente.

      Es verdad que en mi universo en dimensión cero, como en aquella película, en mi Puntolandia, hay una cosa que importa más que muchas cosas: Sentirse importante. Y es que si en tu punto, en ti, no eres tú lo más importante, ya no hay nada. 

      Por eso a veces nos gusta sentir una conexión, una arista que llega desde otro punto distante, que no sabías que existía. Es una arista que ha roto el esquema de árbol, y cierra un ciclo desde dos niveles más arriba.

     Quizás está demasiado arriba, y nunca se me dio demasiado bien escalar. Pero gracias a quien corresponda por cerrarme un ciclo, por arrasar con esos caminos tan largos, que no conducen a nada. Hoy mi día ha sido un poco diferente en mi interior.

viernes, 22 de mayo de 2015

Me condenas a un juicio eterno

     Cuanto  menos tenga que ver contigo mejor. Todo lo que te rodea me hunde. Tú me hundes. No sé si inconsciente o consciente quieres que me avergüence de lo que soy, que "mejore", que sea mejor persona. Y en cada palabra nos matas un poquito más. Estoy harta de estar atada, toda la vida atada a alguien que no le gusto, que me detesta, con la que tengo que medir mis palabras, pero a la que también le molesta que las mida.

    No sé que esperas de mí. ¿Que sea como tú? Solo quieres que sea como yo, pero a la vez no. Estás por encima de mis sentimientos, eso ya me lo has dejado claro. Ojalá pudiera romperte, pero rompo otras cosas, como notas estúpidas. Ojalá pudieras meterte dentro de mí y sentir todo el daño que me haces.

    Creo que compartimos el deseo de haber nacido en sitios distintos. Y creo que, como a tantas otras personas, solo quiero a una parte de ti que se proyecta en una sombra del pasado. Y de tanto no quererme por como soy, callas mi voz y mis canciones, y me convierto en un robot patético. Así que muchas gracias.

domingo, 17 de mayo de 2015

Construyéndote, destruyéndote.

Te fabriqué un fantasma de éxtasis,
lo disfrutaste con vanidad.
En realidad lo construí para mí,
pero te gustó verte irreal.

Te moldeé un modelo de ensueño
para que lo ajustases a mi verdad.
Mi espectro era torpe y astuto
y era todo sinceridad.

Te hice un palacio de plastilina
que acuchillabas sin derrocar.
Se derritió con cuarenta grados,
las polillas se lo llevaron sin más.

Me lo dejé todo preparado,
vestido de alucinación.
Y yo también quería tener
una doble doble de cartón.

No tenías ni modelo,
ni lápices, ni color.
Pero no importa lo que tú hagas de mí
importa lo que de ti haga yo.

Son mis sombras mi universo
y tu sombra la construye mi amor
Tú puedes ser lo contrario,
basta que no se entere mi corazón.



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martes, 12 de mayo de 2015

Escríbeme algo para ti.

      Me da miedo cuando escribes porque sé que estás preso de tu huida. Estás atrapado en una indiferencia imposible y te llenas de anécdotas que no te importan, para que le importen a alguien. 

    Yo también he escrito a veces desde una jaula, lapidándome con cada kilómetro que recorría, remantándome con la reciprocidad de la dirección contraria.

        Me encantaría que escribieses para ti, de verdad. Solo cuando te diriges a ti dejas de escapar hacia tu mismo problema. Escríbele a tu corazón en un blog medio muerto.

             

domingo, 10 de mayo de 2015

Sueño en un coche de tu recuerdo

    "Estás tan loca que vendrías mañana mismo a Madrid ¿verdad?" Me decías en mi sueño, mientras me mirabas desde tu otro asiento en la parte de atrás del coche de tu padre, o el mío, yo que sé. Yo no hablaba, porque ya no hablaba, pero decía que sí. Y entonces te abalanzabas y te sentía, como siempre, y me dabas un beso frío, como nunca. 

    Vi a tu padre, o al mío, sonreír en el espejo retrovisor. Decidió que el viaje sería más largo, para que pudieras congelarme más tiempo. Por las ventanas se reflejaba el sol, como un huevo roto, que sólo era otro reflejo en los cristales de las urbanizaciones de la sierra de Córdoba. 

    Por mi parte, solo podía hacer una cosa, odiarnos. A ti y a mí, como una partícula llena de olvido que flota en el aire y se mete en mis sueños. Nos odio. 

sábado, 9 de mayo de 2015

12 en total, como diciembre.

     La tiró por la ventana y salió un tres. Odiaba el tres, lo detestaba por ser anodino y seco, por ser común. Dios santo, ¿qué clase de futuro le esperaba con un tres? Lo vio claro, con una sonrisa de disimulo abandonó el jardín, el tablero de juego.

   Lo que no sabía es que por las otras cinco caras tenía dibujado un cuatro, su número preferido.

viernes, 8 de mayo de 2015

¿Dónde está la trampa?

¿Te acuerdas María cuando sabías que ibas a caer en la trampa?  Sí, sí, me avisé y todo. No quería jugar y aún así perdí sin remedio. Fue cuando dejé de saber que había una trampa, cuando viendo bien me puse las gafas de un miope con ocho dioptrías. 

Pero qué guapa estoy con gafas, aunque no las necesite.

domingo, 3 de mayo de 2015

Ni quince pensamientos, ni siquiera uno.

Es que no me importa, de verdad. No eres importante. Igual que yo no lo fui en su día para otra persona. Especial no es importante. Lo físico solo es físico si no trasciende de lo espiritual. Y dime, ¿cuándo has entendido tú que mi espíritu se haya comunicado con el tuyo?

Cuando disparo mis palabras lejos de tu diana, y se clavan en los árboles, mi alma está paseando sola por el bosque. Es por eso que no me interesa escuchar lo que tengas que aportarme, porque estoy escondida detrás  de tu objetivo. Y me aburre que le hables al espejo en el que me reflejo desde tu espalda, y que pintes en el cristal barrotes de tiza. Qué estupidez, Platón se reiría en tu cara.

jueves, 30 de abril de 2015

La verdad se hace pequeña.

Cada día que pasa reconozco de manera más llana que te sigo esperando, pero también es cierto que mi deseo se va fagocitando en mi estómago, en un agujero negro que además de cierto lo hace imperceptible. Se hace tan natural que ya ni me duele. Y no existes. Y quiero que vuelva un fantasma.

Esto me da una insana paz. No tener que olvidarme de ti y guardar una miniatura tuya en una jaula, como el señor de los bonsáis.

miércoles, 29 de abril de 2015

Fama efímera


Fama efímera que te arrasa, que me devasta. Fama común que nos carcome el corazón.

Y mientras tanto, el álgebra me sopesa las expectativas, demasiado complicada para darme una medalla, en cualquiera de los sentidos.

Por eso somos especiales, tú y yo y un millón de personas más en un mundo de mil millones. Porque sabemos lo que significa, sin que te explique mucho más.


martes, 28 de abril de 2015

El reloj de pared.

Le he dado cuerda al reloj y el péndulo del futuro se ha descontrolado. Estaba aburrida y me he enganchado a los contrapesos, me he deslizado por el segundero y ya no distingo el porvenir. Se va a la izquierda y a la derecha sin detenerse a darme una oportunidad para suspirar. Lo intento alcanzar como si fuera un fresbee y me golpea en la cabeza.

Aturdida me pregunto entonces si no será mejor asirme al horario y dejarme llevar con el tiempo, más pausado, sin llegar tan rápido a las doce, disfrutando más lento las seis de la tarde. Y no mirar al péndulo, que sigue moviéndose y resonando en casa de mis abuelos.

jueves, 23 de abril de 2015

Abrupta salida oportuna.

Menos mal que sufrí porque no me quisieras y no por quererte.


lunes, 20 de abril de 2015

Ejercicio

Movimiento inerte
estrechando su camino.
Hola y adiós,
anteponiendo mi
cabeza a mis
entrañas con
suturas.
Solitarios cantantes
en mi adolescencia,
neutral ante su suicidio,
todavía resonando
inerte,
rezagado.
Quiero
usurparme
el destino.
Nunca supe interesarme en vosotros,
obcecada en la filosofía.
Entramado de
sonidos
tormentosos
obsoletos,
ya fenecidos.
Secos y
olvidados
los abriles,
amargos como sus rosas.
Erigidos mis principios en el
norte de mis pasiones.
Extinguidos mis deseos en la
latitud más escondida.
Me da miedo
una verdad a medias
nacida de mis adentros,
dormida en la
oscuridad.





domingo, 19 de abril de 2015

Referencia bíblica

Me encantaría ser la hermana de Lázaro, para ser de verdad la hermana de Marta.

sábado, 18 de abril de 2015

Como antes

Todavía me quedan cosas por hacer que no había hecho sin ti. Qué ilusa he sido pensando que no podía volver a ser ceniza. Claro que puedo, y estoy empezando a pensar que eres un criptosistema. Llevo años calculando la inversa de una endiablada función trampilla. 

Hoy me recordaba jugando de pequeña en el patio, frente a la que no era tu puerta, cuando aún no existías. Y me he ido derecha a tu foto, a resquebrajarme las cicatrices. Una foto que nunca había visto, en la que creo que creías amarme, antes de que aprendieses a querer como un adulto. 

No lo quiero reconocer, pero adoro ese dolor. Me hace sentirme cerca de mí. Esa tristeza me hace increíblemente fuerte, es mi amiga, compañera cuando me frustro ante la incompresión. Ella me hace entenderme. 

jueves, 16 de abril de 2015

Sobresalto a las tres de la tarde.

     No estaba empezando a soñar cuando la extrañeza de mi entorno endureció mi almohada. Toda mi literatura se convirtió en preguntas y para cuando las quise responder ya me había despertado. Caballos trotaban sobre la mesa, el sol se encendía en la ventana. Sobresaltada, me miré el hombro, pero no estaban tus ángeles de la guarda. Los saludé de todas formas y me dije que estaba cansada. Leí mis cuentos oscuros, me encerré en la soledad amortajada. 

     Cogí la lista del "ser sin estar" y confirmé que estaba censada. Una señal hecha de heridas subrayaba mi nombre, María. ¿Quién volverá a aquel sueño? me decía mientras miraba mis huellas pasadas. Y seguí caminando medio viva, sola, como si nada.

Vacío para la nada.

El vacío siempre es un término que uso con connotaciones negativas, pero hoy va a ser diferente. He encontrado un vacío que rellena y envuelve otro, un vacío indiferente, estable, tan anodino como pacífico. No reverbera, no hay ecos que valgan. Lo engulle todo junto con la ansiedad. Es denso, pastoso, tapa las grietas.


Cojo vacío, lo absorbo. Descanso. 

miércoles, 15 de abril de 2015

Mi corazón caníbal.

Mi corazón caníbal
me pide que vuelva
a ser desconocedora
y a aflojarme las tuercas.

Me ha comprado un pasaje
de un tren sin pasajeros
me ha traído mil nombres,
me ha obligado a leerlos.

Cada día soy más fuerte,
lo combato con mis recuerdos,
lo empujo a ver el pasado,
a ver los ciclos completos.

Cada noche soy más débil
me salgo de la carretera
te pido que sigas andando
con tal de tenerte cerca.

Me voy a hacer un registro
cada vez que llegue a mi puerta,
me voy a apuntar cien puntos,
si mis principios están de una pieza.

lunes, 13 de abril de 2015

Frase esquiva.

   Se me ha escapado una frase de mi mente. He soñado con ella, me he visto escribiéndola, y ahora ya no está. Ha volado hacia la enorme finitud de la combinatoria de las frases de cinco palabras. Creo que me ilusionaba. Me parece que me transportaba hacia una positividad comedida. 

   Estoy casi segura de que había una tilde en una i, y una hache. Estaba escrita encima de la palabra angustia. Al despertarme he visto como se iba a desayunar al patio, y luego, sin despedirse, ha dado un portazo. Quizás un día vuelva y te la pueda decir, aunque no sé si querré hacerlo.

domingo, 12 de abril de 2015

Aquí, sentada conmigo.

No necesito que me digas quién  soy, ni quién quiero ser, ni qué quiero, ni dónde quiero ir, ni cómo debo sentirme, ni cómo dejar de sentirme triste.

No desmenuces mi interior, ni el de los demás, porque estarás razonando sobre la nada.  Cada persona está llena de sí misma y no hay forma de que no te equivoques. No puedes medir a las personas. ¡Qué pretenciosa es la psicología! La química es mucho más válida y la biología más coherente. 

Yo solo quiero ser yo. Porque yo soy yo, con un poco de mí, un resquicio de vosotros y un pedacito de muchos nosotros.

Carta de suicidio

   No hay nada peor que que una Idea se apodere de tu mente. He leído que las mujeres nos enganchamos a los recuerdos, y en mi caso es totalmente cierto. Vivimos los recuerdos como realidades, y esperamos que se cumplan todas las promesas que nos hicieron o creímos que nos hacían. 

    Se me está nublando el cerebro intentando salir de esta espiral que no soy más que yo conmigo misma. Tengo que aceptar que he perdido contra mi ego, y contra muchos otros. He perdido y estoy perdida porque no lo quiero reconocer. Me quiero permitir hundirme de manera real. Estoy flotando, tragando cantidades ingentes de agua. Atragantándome de forma intermitente con mis ideas de salir del pantano sin terminar de hacerlo. Y creo que solo hundiéndome, ahogándome de verdad conseguiré renacer.

   Quiero matarme en la metáfora, destrozarme la vanidad. Aceptar mis fracasos y derruirme con las victorias que nunca tuve. Quiero arrastrar la Idea conmigo y dejarla en el fango, que sea parte de mi cadáver, que se pudra, que te pudra, que nunca pueda salir de ahí. Y que si vengas ya no te conozca, ni tú a mí.

    Esta mañana quería ser ceniza de nuevo. Pero recordé que mi patetismo me había hecho ya hundirlas en otro barro. Y ya no conseguía calmarme pensando en la magnitud de lo que perdí una vez, ya no sentía dolor. Yo sabía porqué era: pude desprenderme de toda mi ropa y bucear hasta la extenuación. Me arrastré como una serpiente y lo perdí todo. Entonces, cuando hube de verme tan desvalida, pude volver a crecer. 

   Antes me sumergía en sus recuerdos para sufrir de otra manera, para sufrir de la manera más profunda que conocía. Más valía ese dolor que cualquier otro nuevo. Pero ahora que no tengo ese recurso solo me queda volver a pasar por lo mismo. De una microforma, por supuesto. Así que, lo siento, voy a asesinar a dos o tres neuronas y apuñalarme el alma para invalidar mis emociones.

viernes, 10 de abril de 2015

Identidad

No sé si no he sido yo o si lo he sido demasiado. No sé si estoy enfadada contigo por habértelo dado todo y no hayas cogido nada o porque no me has dejado darte nada. En realidad no consigo encontrar algo inamovible dentro de mí, que defina lo bueno que tengo. 

Al final no somos más que personas,  y eso me relaja muchísimo. Todo es irrelevante. No importa quién seas porque eres pequeño, igual que yo.

miércoles, 8 de abril de 2015

Registro de mi desprecio.

Hola sueño. Lo siento, pero no te mereces que te escriba. Tu representación de mi subconsciente ha sido demasiado obvia y no me gusta. No me apetece verme corriendo entre la calle Agua y la calle Vida, gritando para no ser escuchada. No te quiero en mis noches, porque no eres ni pesadilla. Me pones en evidencia ante mí misma.

martes, 7 de abril de 2015

Extraño desconocido

Ojalá me vuelva loca,
y te salgas de mi mente
te materialices en las sombras
y te crees de repente.
Y yo me crea que existes
y te quedes para siempre
que no me agobie el destino
que se cruza entre la gente.

Que sueñe que ya te encuentro
cuando intuya que te has ido
y no sufra por tenerte dentro
porque nunca has existido.
Pero existes allá en el muro
tan cierto como mío
reflejado en la caverna
de las musas del destino.

Serás una de esas personas
que jamás se cruzarán conmigo
esas que ansío conocer
de las que solo obtengo vacío.
Hay vidas que son paralelas
y tienen los mismos dominios
ojalá me vuelva loca
y vuelva el mundo proyectivo.

Para cuando viniese a Sevilla

"Si te dicen que he enfermado, ten por seguro que ya estaré muerto."

lunes, 6 de abril de 2015

Repetía y rompía poesía.

Estoy pensando en un chico que tenía un libro negro de poemas guardado en el primer cajón de su cómoda. Un cuaderno que nadie leía, ni siquiera él. Él escribía los secretos de su corazón y luego, periódicamente, los arrancaba y los destruía. Yo leí algunos de ellos cuando me quedaba sola en su habitación. Era un acto ilegal, pero tú hubieses hecho lo mismo al descubrir qué era aquello.

Nunca nadie hubiese pensado que él escribía poemas. Y sin embargo allí estaban, escondidos entre madera, esperando para perderse en la papelera.

domingo, 5 de abril de 2015

Me asomaba por tuo balcone perugino.

Me despertaba en Italia,
mi svegliavo, si.
Che cosa posso dire?
A veces era tan feliz
Me comía el sol por la ventana
tan claro y tan gris.
Le montagne non c'erano
Perugia se alzaba sin fin,
ma sai che poi a Brescia
a derretir la nieve aprendí.

Me despertaban las campanas
delle chiese del centro-città
vivevo un sogno spagnolo
y solo era mitad y mitad.
Me gustaba jugar a ser grande
a vivir sin preguntar,
ed ero troppo piccola
para perderme en tu hogar
ma ero troppo spagnola
para romperme y avisar.

sábado, 4 de abril de 2015

Última oportunidad

Te has escurrido por la mediatriz de mis rodillas.

miércoles, 1 de abril de 2015

Esencia de mí

En oposición  a mi resolución a veces una canción del pasado me globaliza de forma sensorial. La canto y la revivo a lo largo de mis edades. Me tranquiliza verme a lo largo del tiempo entonando la misma canción,  me hace sentirme inalterable, fuerte. Me imagino los libros que leía entonces, algunas melodías hasta tienen asociada una escena particular. También escucho las interpretaciones que les he dado en cada circunstancia, y sonrío. Hay un trozo de mí que se ha mantenido en esas canciones y que ni tú ni nadie me habéis podido quitar.

martes, 31 de marzo de 2015

Omnipresencia

Ya habían muerto tres y estaban abocados al fracaso. Me llamaron como último recurso. Así que allí estaba yo, subiendo en el ascensor entre aquella enorme estructura de hierro, colgada bocabajo con una máscara metálica y la punta de mi enorme melena magenta rozando el suelo. Al llegar a la superficie tendría que camuflarme, de modo que programé la imagen de un hombre de treinta y pocos de lo más normal. En la azotea todos me esperaban, al verme se les dilataron las pupilas.

Los guié hasta la sala de las escaleras mecánicas. Diez escaleras mecánicas de once metros, alternadas las ascendentes con las descendentes, nos proponían un juego de baile y chocolate blanco. Si ganábamos ellos serían libres. Yo llevaba el compás entre la muchedumbre de centro comercial recién programada. El chocolate volaba hacia la planta superior. Los empecé a notar nerviosos, creo que el sistema estaba revelando su verdadera naturaleza. Cuando sintieron pánico estuve en condiciones de decirles lo que ocurría: Estaban en mi juego, y en mi juego yo era todos y cada uno de los personajes.

Cualquier personaje que escogieses ya tenía mi cara, excepto el de aquellos dos, que me miraron despavoridos pidiéndome una independencia imposible de otorgarles. Eran parte de mí y el sistema también  les cambiaría el rostro. Aquella noche me dí cuenta de que soy muchas personas. Recuerdo sobre todo ser una pareja a la que no les importaba no ser nadie, ni ser yo. Estaban en una cafetería acristalada, con todo el mobiliario blanco. Uno de ellos le regalaba una tarjeta de Navidad al otro. Y reían.

Si no me duele no escribo

Rómpeme el corazón cuatrocientas veces
y escribiré cuatrocientos versos.
Si no me lo partes ni te preocupes,
ya me encargaré yo de ello.
Necesito poesía en mi vida,
de esa triste, que me rebane el alma,
para mirarme en un salón leyendo
de espaldas, junto al tocadiscos.
Que no rime nada en cada frase,
que se me pierdan los ojos en mi reflejo.

Así no estaré vacía,
comenzaré a rimar cada miedo,
seré todo melancolía
y así definiré mi credo.
Me demostraré que estoy viva,
que muchas veces quiero y no puedo.
Me escucharán los que puedan
entrar en este antro de lujo,
entenderán lo que quieran,
leerán mis sueños en cinco minutos.

lunes, 30 de marzo de 2015

Resolución

Mi profesor del colegio me transmitió esta idea en un recreo. Cada segundo cambiamos un poco. Metamorfoseamos sin prisa en el tiempo. Nos sustituimos la sonrisa, la vanidad, los celos, el desprestigio y la vergüenza. Y pasada la prudencia de nuestros recuerdos, ya no somos los mismos. En consecuencia  pierdes la vigencia, porque te emborronas en la ficción de las semanas pasadas, que en realidad ya no existen. Entonces me miro y no me reconozco, porque era otra persona.

Resurjo a cada minuto que pasa. Fuerte de tantas veces nacer, vulnerable de tantas veces morir, y viceversa. Solo has de ser hojas de otoño perdidas ahora que siento el azahar de Sevilla. Tú serás tú, pero no serás nadie. Me hablará un desconocido sin interés que nunca me ha besado.

Mi profesor también me dijo un día que todos los amores verdaderos son correspondidos. Creo que tiene razón, que los amores intensos sin respuesta deberían tener otro adjetivo que los acompañase, por ejemplo, amores improductivos.

domingo, 29 de marzo de 2015

Beso mínimo que me recuerda de donde vengo.

Cada día la clase era en un sitio diferente. Lo habían cambiado todo. El complejo de edificios me recordaba a la universidad en París, pero las instalaciones eran mucho más nuevas y siempre hacía sol. Un laberinto de clases de veinte personas se habría paso ante mí todas las tardes. Era un misterio, igual que las tres bombillas gigantes que habían aparecido en la parte superior del edificio que se veía desde la ventana de la casa de los abuelos.

Estaba haciendo un máster en Matemáticas Artísticas, era un rama súperespecializada. Un compañera, que había estudiado Bellas Artes, me pidió que la acompañara a Madrid a coger unos pinceles. Acepté, había que ser amables con los nuevos compañeros. Además, tenía que despejarme, ese tipo me había vuelto a regalar su frase de cada dos días y me estaba poniendo nerviosa otra vez.

Al llegar a la capital, atravesamos un jardín y entramos a un bloque de apartamentos con azulejos grises por todas partes. Era la casa de su mejor amiga. Tenían organizada una fiesta. Miré. Te vi. La vi. Y entonces supe que era vuestra casa. Sonreí, te explique lo que hacía allí. Fuimos a un cuarto sin ventanas, con una luz roja tenue sofocante.

No sé si había llevado ese pincel reseco de pintura naranja todo el viaje, pero el caso es que allí estaba yo, en actitud psicópata. 

- Sabes que estoy loca - te dije mientras te pintaba un círculo naranja en el antebrazo, - pero gracias a eso te querré toda la vida. 

Acto seguido te besé levemente en los labios y los dos sonreímos. Me gusta besarte en sueños porque son los únicos besos que no invento, sino que reproduzco tal cual, nítidos en todos los sentidos. Salí de allí corriendo para acompañar de nuevo a Malena a Sevilla. Durante la vuelta tuvimos un desencuentro basado en tu relación y dije cosas que no debería haber dicho sobre nosotros. Ella prometió no contarlas.

De regreso en el campus, había que encontrar la clase de Criptografía, pero nunca lo haría. Todas las aulas se habían convertido en bibliotecas para mis antiguos compañeros del instituto.

Sosegándome el corazón.

Tengo que remontarme atrás en el tiempo. Tengo que ponerme un pichi de pana de pasear por los jardines de la Victoria. Tengo que ir a ver nacer a mi hermana. Tengo que ser pura, cristalina, cordobesa. Tiene que no haber nada en las nubes. Por favor, que no haya nada allá arriba.

Tengo que simplificar más aún mi vida. La vida es simple, somos nosotros los que nos la complicamos. La trayectoria es básica. Pero la simplicidad me acerca a la muerte que tanto me aterra. Se me está yendo de las manos la cabeza. 

Tenía que haber dejado pasar el tiempo prudencial de duelo. Tendría que haber dejado que luchasen por mí, después de tanto tiempo peleándolo todo por creer en el amor. Ya sabía lo que era el amor. He querido tan bien y con tanta dedicación. Me he sentido tan querida y tan diferente. Y aunque esas diferencias hayan terminado por rompernos, él me hacía sentir segura. Ahora no puedo confundir el ocio con mi vida, no puedo aferrarme a la búsqueda de mi sonrisa fácil.  No me gusta la persona en la que me conviertes, ni los sentimientos que me despiertas. Odio que jueguen conmigo, y odio que en realidad no lo hagas. No me dejo avanzar, y tú tampoco. Y no lo sabes. O no te importa. (Disyunción no excluyente)

En ocasiones siento paz. Hoy por primera vez en el año, la noche ha sido veraniega. El calor me sofocaba de manera tenue los hombros, la brisa me alegraba las mejillas. Eso es independiente de mi corazón, puesto que eso siempre ha sido así, desde que tenía mi pichi de pana. Es embriagador, es mi pasado en el presente, es la certeza de lo imperturbable de la naturaleza, del tiempo. Es algo que siempre me acompaña. Me he puesto mi vestido nuevo, corto, de tirantes. Me he cruzado con decenas de miradas. He sentido que me merecía esta tarde-noche, que era solo para mí. 

Voy a simplificar mi vida, voy a tomar el caso mejor y a programarla con el algoritmo de mínima complejidad, el de la brisa nocturna. 

Demasiada densidad para mí.

Me duelo,
me canso de dolerme,
de volverme loca.
Me callo,
dejo de quererme
me estampo contra tus rocas.
Me obceco,
no me dejas de verte,
mi yo y mi orgullo se chocan.
Te mato,
te asesino en mi mente,
pero es a mí a la que van las moscas.

No dilucido mis fracasos,
no entreveo tus miserias,
no me gusta lo que haces,
pero te cuelas en mi cabeza.

sábado, 28 de marzo de 2015

Escríbeme una carta, espérame en la puerta.

¿Recuerdas cuando la lujuria y el amor se mezclaban en un todo difuso? El deseo era incapaz de escindirse de esa totalidad, era una paquete de todo incluido con el que, sin duda, todo era mucho más sencillo.

Pudiera ser también  que la ausencia de la mensajería instantánea evitase el estrés del deseo de comunicación. Antes era tan fácil soñar, era tan fácil olvidar. Éramos mucho más misteriosos. Ahora somos unos exhibicionistas de acciones y sentimientos que en realidad no son nuestros. Ya no somos nosotros y sin embargo creemos conocer a los demás, que tampoco son ellos.

Solo las relaciones diarias se ajustan a la veracidad de la realidad interna de cada persona. Entonces, queriendo buscar esa relación verdadera, recurrimos a todo aquello que nos la ha arrebatado. Y todo se pierde de nuevo. Y yo me arrastro sin remedio a demostrar algo por esos medios que de nada sirven.

Era mejor cuando mi esperanza era coincidir contigo fortuitamente. Eso me obligaba a ser yo sin pretender ser más ni menos. La imposibilidad de verte no me entristecía, sino todo lo contrario, me daba un sueño y me quitaba una responsabilidad. Podía delegarla en el destino, y el destino a mí no me fallaba.

El problema es que el destino destruye a mi falso yo hipercomunicado. El porvenir está molesto con nosotros por arrebatarle sus funciones y ya no me deja soñar despierta.

martes, 24 de marzo de 2015

A mis Marzos.

Marzo de 2015 se me está pareciendo demasiado al de 2010. En este diario, tan poco diario, me leo y es tan parecido lo que siento ahora a lo que sentí entonces. Tan tontas emociones, tan idolatrada la nada... Tan sola, tan acompañada. Pocas personas persisten en mis momentos, si acaso un querido amigo, una hermana, una segundo plano que sigue igual de borroso, un recuerdo baldío más desdibujado que antes.

Te pareces tan poco a ese Marzo, Marzo, pero me provocas lo mismo. No te alejas en un tren, y puedo elegir enfrentarme a tus días, pero eres tan frío que solo me produces líneas en mi cabeza. Me recuerdo siendo una pantera que caminaba a las cuatro de la tarde, calle abajo, hacia Cruz de Juárez. No sé adónde iba, ni que iba hacer, pero sé que reprimía mi sufrimiento, me lo estaba fagocitando, me estaba sintiendo fuerte, aunque herida. El sol era sucio, formaba una neblina de luz oscura mientras yo componía alguna instrucción de uso. 

Qué diferente mes un lustro después. Porque entonces fui yo quien  vio devuelta en forma de agujas su tremenda valentía, y ahora me he dejado arrastrar por los alfileres. Pero debo verte, Marzo, para que llegue Abril, mi cumpleaños, la feria, y la brisa de por las noches. Abril siempre me acoge, confío en él, en el césped, en la luz limpia, en los resquicios que quedan entre el follaje. Y puedo mirar hacia arriba, como antes, a las copas de los árboles que me hacen sentir tan mundanamente pequeña, sin que me haga falta mirar a la luna o a las estrellas. Las hojas que se mecen con la brisa que anuncian que el calor está llegando, que está llegando el momento cerrar los ojos y respirar.

Ay Marzo, sé bueno conmigo esta última semana.

¿Y si la vida careciera de variables?

A veces una pequeña frase de un libro te reconforta como al personaje, pero de otra manera. Estaba leyendo "Tetrammeron" de Somoza y me topé con esta reflexión.

"Nadie ha hecho la vida, la vida se ha hecho a sí misma."

¿Y si es así? No hay nadie que mueva los hilos desde dentro, nadie que los mueva desde fuera. No somos dioses, ni Dios somos nosotros. El transcurso de las acciones se desarrolla simplemente a nuestro alrededor, pudiendo actuar de manera muy limitada sobre ella. Nuestro efecto mariposa poco tiene que ver conmigo, ni contigo, ni con nadie. La vida existe de manera independiente. Se contorsiona para hacernos felices o apuñalarnos por la espalda. Solo tenemos que amoldarnos a su silueta, empujando levemente, ciegos observadores de nuestra existencia.

lunes, 23 de marzo de 2015

La raíz de una ilusión que se marchita

No voy a romper tu nota, mi síndrome de Diógenes emocional no me lo permite. Pero la esconderé en lo más profundo de mi caos.

domingo, 22 de marzo de 2015

Como el Helio

Déjame que te espere
hasta que me canse.
Que te tenga en mi mente insana
hasta que me aburra de tu imagen.
Permíteme jugar a quererte
en una determinación del futuro.
Dame un límite,
aunque sea asintótico,
y no me hables más
y podré dormir por las noches.

sábado, 21 de marzo de 2015

Me veo en la distancia

Demostrando ser yo, me zambullo en quien no soy. Yo nunca me he demostrado, porque ese hecho es intrínseco a mí misma. Por eso cuando pretendo que alguien lo comprenda, entro en un espacio dual, en el que soy otra persona, pero desde luego no soy la que quiero conozcas.

Y en mis intentos de explicar esta tesitura, me alejo aún más de mis raíces. Y todos interpretan que soy vulgar y demente. Y creo que tienen razón.

Ojalá no tuviera que explicarme.

Los muebles se mueven solos

Mi habitación está viajando en el tiempo. He pestañeado y la cama de matrimonio y las mesitas de noche nacaradas se han esfumado. Una niña  de trece años con dos trenzas ha saltado por encima de mí y ha pegado su cama a la pared, con su colcha de flores sonrientes. Su vida se irá  transformando con su cuarto hasta que no le quede ni un resquicio de infancia.  Su ordenador de mesa delante del cual gastará  tantas horas se quedará obsoleto, demasiado viejo y pequeño para su nueva vida.  En la mesita pleglable de la pared sus apuntes serán cada vez más  científicos y las matemáticas  ocuparán un sitio indispensable. Porque ellas nunca la defraudarán, aunque alguien de su mundo puede que lo haga. Ellas son seguras, no te confunden, no te mienten. Podrá con ellas algunas veces, y se dará de bruces con un muro de análisis otras, pero nunca estará en la incertidumbre, para eso estará ya su corazón.

Si ella supiera que dentro de un mes conocerá al chico, que más  tarde será  hombre, que más tarde la hará ceniza... Tendrá la sonrisa plateada y la contagiará de sueños. En su camita empezará a tener esas pesadillas que de vez en cuando  todavía  me asaltan a mí en la penumbra. En dos años su alma será un huracán,  no será su primer beso, pero será  su primer amor, y dejará un herida tan profunda que él será capaz de abrir siempre, porque nunca terminará de cicatrizar.  Ay, niña ilusionada con el bádminton, si supieras la lesión crónica que te espera, que te alejará de ese mundo para siempre. No sé si te gustaría saber que gracias a eso estudiarás francés  e italiano y abrirás muchas ventanas.


Pero mi habitación  se está  transformando aún más. El morado de las paredes se ha caído y ha dejado paso al amarillo. La mesa del ordenador ha sido sustituída por el viejo escritorio de mi padre,  pintado recientemente del mismo color que las paredes. Al lado un pequeño televisor de botones y en lugar de la mesa plegable, un mesita con dos pequeñas sillas sobre una alfombra para jugar con  los cochecitos adornan la habitación.  Es la sobremesa, y dos niñas juegan y corren de un lado para otro, será  la última  época  en la que serán  amigas antes de empezar a distanciarse sin remedio. Verán en la tele los dibujos animados  que recordarán con nostalgia con sus amigos andaluces cuando estén en la universidad.  Y la mayor empezará a escribir con el corazón,  gracias a su profesor de primaria, don Agustín, al que siempre le agradecerá  ser la persona que será.  Decidirá  que quiere se profesora  de lengua  para no alejarse nunca de las palabras. Eso no se cumplirá,  pero las palabras te acompañarán siempre como amigas, estarán ambiguas en el momento que las necesites, serán cambiantes a lo largo del tiempo. No te preocupes, estarán cada mañana, por si tu cuarto empieza a cambiar y necesitas contárselo a alguien.

viernes, 20 de marzo de 2015

Usa el odio, está ahí para algo

Aférrate a esa frase, la que es un gusano en tu corazón. Esas palabras que te hicieron carne sin alma, objeto de tortura y prostituta de sentimientos. Cuando quieras soñar piensa en lo que dijo papá, y no se los des a cuatro risas si te acusan de todo eso, porque tú te conoces.

Eso solo es césped

Lo siento nena, no hay tulipanes de madera en el jardín que acechas desde la verja. Solo están en el salón  de tu niñez,  aquel en el que pedías  deseos a las páginas  de las novelas.

jueves, 19 de marzo de 2015

Frontera

Ayer rememoré una visita a la metáfora y hoy siento que cada día que pasa me deshago más de ella en mi realidad. La estoy destruyendo en un intento por disparar frases congruentes módulo yo misma. Se desintegra buceando entre mis incoherencias, con un movimiento frío en un espasmo de frustración.  Creo que al dejar de creer en ti he olvidado algo que me definía. Pero es que estoy usando cubertería de plástico para engullir cosas que no puedo comprar. 

A destiempo

Era ya tarde, habrían pasado como treinta años, y decidió volver al pasado para decirte cuánto te seguía queriendo. A ti y a ningún otro, a una sola versión de ti, en un solo momento a comienzos de siglo. Fijando la cuarta dimensión esa señora te preguntó una dirección  y pasó de largo. Había aprendido a no tener miedo de tus ojos, pero de tus ojos nuevos.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Quiero estar, pero no puedo ser.

   Mi  propia naturaleza se planta ante mí  esta mañana.  "No me puedes esquivar" me dice pausadamente,  demasiado tranquila, "soy lo único en lo que crees".  Si no hay farsa me derrumbo, si todo se torna verdad estallo.

   Quiero mi mentira de tarde y que al despertar yo decida cuanta realidad tengo entre mis labios. Pero tengo que despedazar la revista de mis sentimientos,  de tus miradas, tachar cada posible doble sentido, ya que así  es como queremos sobrevivir. Ojalá  pudieras prometerme el próximo  segundo y ningún otro en este instante, para decidir sobre el siguiente a tu antojo.

   Estoy tan cansada. Hace tanto que nadie me atraviesa con la mirada, que nadie me ama en el mundo de las ideas. La compañía  de mi naturaleza siempre se ha impuesto a cualquier otra, es tan grande, tan sincera, tan triste, tan divertida. Y todo el que la ve pasa de largo, confundiéndola con cualquier otra cosa, prejuzgándola como si todas fueran iguales.

   No lo son, yo no estoy adulterada con miedo, yo sé lo que siento en este segundo y no me avergüenza reconocerlo.  Pero no te lo voy a decir porque en un minuto la nada engullirá todo a su paso y me prepararé  para volver a las matemáticas de mi rutina.

sábado, 14 de marzo de 2015

Estás y no.

Resuena en la tercera planta,
de un edificio sin cimientos,
que hablas sin tu garganta
contando miles de cuentos.
Historias que yo escucho
de las que nunca tuve recuerdos
matándome, que no es mucho,
por verte soñar despierto.
Ilusa, me juego las cartas,
con cada baraja que encuentro.
¿Qué haces? Susurra cansada
una voz, ya no tan adentro.

Ya nada de esto es tragedia
lo sé, lo pienso, lo siento,
y conexiones escondidas
trafican con sudor, química y miedo.
Se me están escapando los sueños
por los poros de mis dedos.
No busco, solo aspiro,
a ser libre de este infierno.
¿Qué quieres? ¿Jugar conmigo?
hace tiempo que ya no juego.

viernes, 6 de marzo de 2015

Estancada en el tiempo

No entiendo el tiempo de las entrañas. Se me hace raro, demasiado poco correlativo. Salta hacia atrás y adelante, buscando un hueco de amor en el pasado, aferrándose a cualquier deseo del presente, olvidando cada atisbo de futuro. Todo al mismo tiempo, todo es pena, todo es ansia, todo es vacío.

Agarro ayer y me lo traigo a mañana, y mañana me dice que no es factible. ¿Qué le está pasando al tiempo, que no quiere fluir por dentro? Las agujas del reloj no giran ni en un sentido ni en otro y me doy cuenta de que ya es demasiado tarde para no sentir, porque siempre era demasiado pronto para dejar de hacerlo.

domingo, 1 de marzo de 2015

¿Qué está pasando?

¿Qué  está  pasando? Me pregunto aturullada en cada despertar de esta noche tan calmada. Me está  poseyendo  una idea. Se ha apoderado de mi química y mis recuerdos están transformando las fantasías en pesadillas.

¡Qué poca moral y cuánto egoísmo! Solo temo por mi futuro, por mi sufrimiento, por lo absurdo de esto que me acomete.  Porque no me gusta apostar a un caballo perdedor y apueste al que apueste tengo cierta certeza de que mi caballo va a perder y todos los otros llegarán a la vez a la línea  de meta.

¿Qué me pasa? Ya he aprendido a desistir de las fantasías. Sin embargo, mi mente se resiste a esta malsana enfermiza costumbre, a esta droga de las hormonas del chocolate con leche. Quiero acariciar cada parte de mi racionalidad, y cuando este distraída, arrancármela del cerebro y metérmela en el corazón.

jueves, 26 de febrero de 2015

Ya, ya lo sé

¿Qué hacéis diamantes,
como chiribitas entre luces?
Sé que no habéis venido a buscarme,
mas os he visto, y no antes.
Y con alguna realidad me dí de bruces,
con una metáfora de la idealizada carne.

Me ha acuchillado un mirada espía,
que me ha llenado de estupor,
pero no sé si son ideas mías
y no sé qué es peor.

domingo, 11 de enero de 2015

Viéndote sin estar tú.

Se reflejan tus gestos
en la de algunos otros:
Un pestañeo lento
que pestañea en mi vientre,
un  leve suspiro
en mis pulmones incisivo
y una media sonrisa frustrada,
que me hace enmudecer y mirar al vacío.

Después el espejismo se desvanece,
desde mis recuerdos, envejece.
Miro mi reflejo, lo tangible,
lo real mi porvenir deciden.

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