domingo, 3 de mayo de 2015

Ni quince pensamientos, ni siquiera uno.

Es que no me importa, de verdad. No eres importante. Igual que yo no lo fui en su día para otra persona. Especial no es importante. Lo físico solo es físico si no trasciende de lo espiritual. Y dime, ¿cuándo has entendido tú que mi espíritu se haya comunicado con el tuyo?

Cuando disparo mis palabras lejos de tu diana, y se clavan en los árboles, mi alma está paseando sola por el bosque. Es por eso que no me interesa escuchar lo que tengas que aportarme, porque estoy escondida detrás  de tu objetivo. Y me aburre que le hables al espejo en el que me reflejo desde tu espalda, y que pintes en el cristal barrotes de tiza. Qué estupidez, Platón se reiría en tu cara.

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