viernes, 14 de octubre de 2016

El dual del sueño de ayer

Esta noche la piedra de mi cabeza se volvió blanda y se revolvió, como queriendo volver a París, como pensando en la tacto de una sudadera vieja.  Era un sueño porque las pequeñas piedrecitas nos adoraban, y se alegraban de que las pisáramos de nuevo. Era mentira y por eso me hace mucho más daño que el sueño de ayer.

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