jueves, 23 de junio de 2016

Prohibido bucear

Contigo solo funciona el deseo, aunque no sea deseo hacia ti, pero solo deseo.

Contraposición al Toro

      Una vez recité una canción extranjera delante de un animal al que odiaba.  Esa canción,en la que alguien aparecía en sueños y no decía nada, ni daba un paso, me ha acompañado a lo largo del tiempo, cambiando su significado a su antojo, contándome mil historias diferentes, mis historias.

      Y ahora por fin me dice algo de otra persona.

miércoles, 22 de junio de 2016

Funciona

Nos encontramos de casualidad y decidimos emprender el camino común juntos. Fue una decisión natural. A mitad de trayecto me paré en seco y te cogí la cara con las dos manos. Te acaricié la barba con la derecha y te dije "Ya puedes hacer lo que quieras. No me importa, de verdad." Yo estaba feliz, no podía parar de sonreír.  Todas las casas estaban encaladas.

Entonces me tomaste la mano con indiferencia, como haciéndome un favor, queriendo volver a caminar. "No entiendes nada", te dije. Te solté la mano y seguí sola mi camino hacia el picnic del departamento. Ya deberían estar allí, en la plataforma que Christo había montado debajo del puente de Triana.

martes, 21 de junio de 2016

Clic clic

El día está en un entorno de cualquier día de elecciones. La hora, muy temprano. Un clic deshace otro clic. Sólo hay que aprender a que el segundo clic no se vaya de madre y listo.

Hay unos dedos que me recuerdan a los que colgaron unas teclas entre dos edificios cualquiera de Venecia y los coloreó de amarillo. No tienen nada que ver. Aunque quizá  tenga que ver con todo. Quizás me estén mandando señales de fracaso en forma de dedos, o de mensajes por la mañana, en entornos electorales.


Fui al pasado pero ya no había teatro.

Los niños se turnaban para mirar al público por el hueco de detrás del escenario. Cuando se asomó Mariquilla la empujaron y quedó a merced de la opinión de todos los que ocupaban la iglesia. Toda su familia estaba en la tercera fila, yo en la segunda. La saludé, sin recordar que era imposible que mi yo de seis años supiese quién era.

Ella me miró tan desafiante como perdida, con sus enormes ojos marrones oscuros. Empezó a cantar, sola. Su voz estaba tan poco corrompida como su alma, cantaba su alma. Ella era bonita y no sabía que sería yo, ni yo tenía intención de decírselo.

lunes, 20 de junio de 2016

Moldeando un barro oscuro y gaseoso.

Hay personas de las que lo recuerdo todo, hasta lo malo, porque soltamos la cuerda que nos unía.

Hay otras de las que tengo que convencerme de que la cuerda hace mucho que se difuminó en el tiempo, en Madrid o en Sevilla, justo cuando yo llegaba.

Pero tú pusiste un anzuelo en mi extremo, me lo clavaste en la mano y tiraste hasta que se me resquebrajó. Nadie quiere recordar eso.

Te voy a recordar como un niño vulnerable, corriendo sofocado.
Me quiero acordar de ti como redondito,
incómodo y vergonzoso.
Vas a ser unos puños cerrados luchando por dar pasitos cortos,
entre patéticos y enternecedores.

Eso quiero que seas en mi memoria, ya que es el único recuerdo que no me angustia, que no me hace sentir nostálgica. Es la única imagen que tengo tuya que no me hace sentir engañada, en la que no me siento bajo tu dominio de macho alfa tan penoso.  Es lo único que me hace sonreír y sentir algo de cariño por tu sombra.

sábado, 18 de junio de 2016

El caminito del parque

Suspiro.
Miro hacia arriba.
Los árboles se están apagando.
Sonrío.

jueves, 16 de junio de 2016

El microchip de otro

Me imagino en tu mente, reflejada en tus ojos.
Me veo minúscula, imbécil, inmadura, insignificante.
Me siento estúpida, desconocida, evaluada.

Soy altanera, soy idiota.

Y después soy todo lo contrario, o no soy nada.
Te das cuenta de que soy un arañazo en una almohada.
Que soy Mercurio y también soy Marte,
que de Venus no tengo ni la fachada.

Que en verano soy la Luna
y en invierno ardo en llamas.

Y luego solo queda ceniza.

jueves, 9 de junio de 2016

Feliz cumpleaños, vampiro

     En la fiesta de los amigos de mis padres algo iba mal. Ya resultaba sospechoso que hubiésemos tenido que ir de dos en dos, yo con mi prima, con chóferes de la zona. México era un país nuevo y mágico, pero las cosas empezaban a no tener sentido.

    De alguna manera apareció un señor desnudo, que yo conocía muy bien. Se tumbó en la cama y yo me acurruqué junto a él para decirle que todavía le tenía cariño. Él, como regalo de cumpleaños, solo quería sexo. Se acercaba a mí y trataba de rozarse. Yo trataba de huir en todos los sentidos.

    Al mismo tiempo, mi padre y mi hijo estaban siendo cebados de amistad. Pronto los anfitriones declararon que eran vampiros y que cuando la noche estuviese cerrada se los comerían. Propuse escapar, todos accedieron.

     Me costó muchísimo hacer la maleta: estaba llena de trajes de flamenca y de arena.

martes, 7 de junio de 2016

Madera y cristales

Cuando llegué a la puerta del hotel estuvimos hablando un rato a solas, detrás de la cristalera. Luego llegó aquel grupo variopinto, aquella mezcla de tus amigos y mis profesores. Pretendían cenar con nosotros.

- No te fíes de ellos, son unos fanáticos. - Me dijiste.
- Pero si tú eres tan fanático como ellos. - Te reproché.
- Luego te lo explico.

No fuimos a buscar mi habitación. Habría de ser una habitación lujosa, estaba segura. Tu estabas alojado en otra parte del hotel bien distinta, como diseñada por Escher. Estaba en un sótano gigante, donde había cientos de camas en las posiciones más insospechadas. Una escalera vertical de madera donde estaban dispuestas tus cosas del aseo llevaba a la tuya. Me dijiste que diese tiempo para cambiarte y que fuese a buscar mi habitación mientras tanto.

De nuevo entré en el gran ascensor del barco de mis sueños anteriores, en el que me perdí completamente. En mi llave, no acertaba a encontrar el número de la habitación. Vagué durante unas decenas de minutos por la segunda planta de un claustro de madera, equivocándome una y otra vez de número.

Volví a buscarte. Al pie de la escalera te grité que me ayudases. Pero me contestaste que no podías: había demasiadas cosas que te impedían de bajar.

Yo era importante

Eras un inmensidad.
Te hacía nuevo, de tan roto que estabas.
Hacía tanto calor y tanta luz.
Había tantas cosas por descubrir
en sitios que siempre estuvieron.
Las mañanas eran fresquitas y tempranas.
Y yo una muñeca de porcelana
que se volvió de trapo
cuando las tardes se volvieron frías.

viernes, 3 de junio de 2016

Haikus para tranquilzarme

No a la lejanía,
solo quiero distancia
psicológica.

Así quiero ver
no sentir importancia.
Impermeable.

Aceleración
realismo y para el golpe.
Reflexionaré.


jueves, 2 de junio de 2016

Recuerdos solteros y desconocimiento tranquilizador

Este síndrome de Diógenes de recuerdos. La exclusividad de los momentos compartidos me acuchilla en el ir y venir del tiempo.

Un "no te olvides de esto",
otro "ya no me acuerdo de nada".
Algo nuestro que tú habías perdido,
como la cinta de mi vestido negro.

Como una estrella venida a menos,
cuyos logros han sido olvidados.
Como una demostración perdida
de un teorema que anhelo.

Extraña, adormecedora
es la semana y son los meses
en los que al saber que no estás
ya no siento temor.

No siento temor de verte,
no siento temor de Madrid,
no siento temor de Alameda,
no siento temor de tus zapatillas,
ni de tus ojos verdes,
ni de la aureola de tus otros ojos.
No me da miedo tu boda,
no me dan miedo tus mujeres,
no me dan miedo tus hijos,
no me da miedo tu trabajo.


Porque no sé nada de ellos
y han dejado de existir
en esa semana y esos meses
y esos años que están por venir.
No saber me tranquiliza,
no saber que estás ahí.

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