sábado, 9 de junio de 2018

Rescatándote lo bueno de mi memoria

Me he puesto ha recordar mis primeros besos y con pena he caído en la cuenta de que algunos no los recuerdo. Otros, como el tuyo, no los había recordado más que dos o tres veces y ahora han vuelto a mi memoria. Y me paro a pensar que pocas veces he escrito aquí sobre ti, cuando fuiste una de las parejas que he tenido que me han dado más pequeños momentos felices y menos tragedias. 

Y aquí estoy, escribiendo esto, queriendo redimirme de ello. Pensando que mi atracción por ti se borró, cuando me di de bruces con tu inmadurez y con tu familia. Pensando que la vida habría de romper nuestra amistad y nuestro pequeño grupo de amigos, por ser tan tan tan diferentes, a pesar de haber nacido en la misma provincia. Porque más tarde me enamoré perdidamente e imposiblemente de otra persona. Pensado cómo después no querrías hablarme nunca más. 

Y por supuesto pensando en cómo nos empezamos a poner nerviosos cuando nos dimos cuenta de que nos gustábamos, cómo nos escurríamos en la residencia del otro, cómo cualquier plan se convertía en una buena idea contigo a mi lado, cómo devorábamos cualquier serie, cómo encajábamos nuestros cuerpos para dormir  cualquier hora del día, cuando no se nos ocurría nada que hacer, cómo adorábamos a nuestros amigos en común, cómo me apoyaste en los momentos difíciles y por supuesto, cómo nos besamos en tu coche, junto a la dársena, aquel febrero. 

0 regalitos:

Publicar un comentario

Lo más leído