jueves, 29 de noviembre de 2018

Todo para nada

Siempre estaré atrapada en los futuros que no fueron, como si mi cerebro creyera de verdad que la vida se puede rebobinar. Como si la energía y el tiempo que invertí infructuosamente fuera  a servirme en una vida paralela en la que fui feliz el día de tesis, en la que reímos montados en una atracción cutre, en la que te enseñé el París que no conocías, en la volaste hacia mi norte.

Pero el norte está perdido. En su lugar, siempre estuvieron las promesas a medias, la espera luchando contra mi dignidad, tus palabras estableciendo qué es o no es amar. Nuestro futuro machacado una y otra vez sobre una cama que nunca será nuestra. 

Pero aprendes, dice la gente. 

¿Y qué me importa eso? Yo no quería aprender, quería una vida contigo. 


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