domingo, 4 de julio de 2010

Toboganes

Al terminar el partido de tenis nos hicieron visitar las instalaciones de todo el complejo deportivo, donde algunos estudiarían al año siguiente.
-Suban por estas escaleras mecánicas- nos dijo la guía a todas las familias

Así lo hice. Las escaleras se torcían, subían, se convertían en rampas e iban cada vez más deprisa hasta ser casi toboganes. Al cabo de un rato todo el mundo disfrutaba resbalando y yendo de un lado para otro.

A parte de las escaleras había muchos más artefactos lúdicos con los que pasamos un buen rato riendo y disfrutando. Entonces me pregunté dónde demonios se habría metido Luis, el chico con barba y carita sonrosada (bastante guapo he de decir) que me había acompañado todo este tiempo. Definitivamente se había esfumado, así que decidí volver con mi padre, que estaba realmente interesado en una máquina de boxeo virtual.

Apenas habíamos intercambiado algunas palabras cuando oí que me llamaban. Al principio creí que Luis por fin había aparecido pero en su lugar, alguien 5 años más joven, de mi edad, se acercaba con una expresión poco clarificadora.

-¿Por qué se lo contaste?- Volví la cara y le vi: pelo rizado, muy rizado, moreno, labios carnosos y largas pestañas. Sin duda: JC (Un bichito amable.)
-Tú tardaste poco en decírselo a ella, estamos en paz.-

Me enfade mucho, muchísimo, pero no pude evitar proponerle un paseo por las divertidas escaleras mecánicas. Se mostró reacio al principio, pero luego accedió. De todas formas ya era demasiado tarde y todo esto solo un sueño.

1 regalitos:

Anónimo dijo...

Muy bonita publicación María.
Ahora me muero de curiosidad por saber qué es lo que paso entre ese bichito y tu...

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