Creo que sabes y no sabes las miserias insignificantes que nos hacen grandes por dentro.
Estoy esperando a un maestro que te enseñe inducir la calma parpadeante.
Y entonces mira a unos ojos callados, desconocidos, hermafroditas, que te dicen: "Te explico, te entiendo mil cosas con el silencio, aunque ni yo mismo lo sepa."
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