De una cerveza que no llegó.
De hangares caprichosos, que vieron en mí una salvación absurda a un problema enterrado.
De proposiciones exageradas, que yo me creí y tú te creíste.
De la primavera que se esfumaba en el parque de María Luisa.
De ansias de consumirme.
De parar una clase por mirarme por la ventana.
De ir a tirar la basura y a quedar con una tía.
De ser una niña tonta que se creía especial.
Feliz aniversario de espejismo.
Feliz aniversario del chasquido de dedos que dura unos meses.
Feliz aniversario de apuesta arriesgada.
Feliz firma de contrato que no busqué, que me pusieron por delante y me vendieron como maravilloso. La letra pequeña ponía que debías romperme por dentro, en mil pedazos. Y yo firmé sonriendo, encantada y confiada.
Destruyan esos contratos.
1 regalitos:
Donde caiga la flecha
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