lunes, 20 de febrero de 2012

Un trocito de mi ideología

Hoy me han dicho que soy una hipócrita y debería mirarme en un espejo por hacer un chiste sobre gente de derechas.
Me han dicho que es una hipocresía pedir respeto por grupos sociales minoritarios cuando no somos capaces de respetar al grupo que, según las últimas elecciones es el mayoritario en España.
Todo esto, acompañado, como no se podía esperar otra cosa de alguien que defiende de esa manera la derecha, de insultos y altanería.

Y bien, digo yo, tal vez en lo personal yo no sea la persona más transigente del mundo. Si bien es cierto que me enfado con facilidad, no está en mis ideales discriminar a nadie por su condición social. Creo que la persona que me dijo esto no tiene muy claro en que se basa, a grandes rasgos, la ideología de derechas y de izquierdas. Lo que sí es cierto es que hay personas que nacen en situaciones más desfavorecidas que otros, y la ideología de izquierdas, a mi modo de ver, se propone remediar esto, mientras que la de derechas pretende dar regalitos a los pobres para intentar mantener una brecha de clases sociales sin que se monte una buena en el país.

Con esto no intento defender a ningún partido político. Es cierto que hay corrupción en los partidos y que a veces no cumplen lo que prometen, pero, ¿qué puedes esperar de un partido en cuyos fueros se establece de forma implícita que no te va ayudar si no eres un banco o un empresario? Si eres un trabajador y te crees esas patrañas muy mal vamos a terminar. Esta persona en concreto a votado al Partido Popular en las últimas elecciones porque no le gustaba la política financiera que había llevado a cabo el Partido Socialista en los últimos años, una política de derechas. ¿En serio creéis que si un partido de izquierda moderada se ha visto obligado por la situación financiera a tomar medidas derechistas económicas el único partido mayoritario de derechas no lo va a hacer con más crudeza?

Y es que ya se está viendo. El copago sanitario enmascarado está a la vuelta de la esquina, de las becas y las ayudas nos podemos ir olvidando y ¿el paro?. Claro que va a bajar, pero a cambio de precariedad para los obreros y contratos basura . Y todo esto, esta señorita de padre trabajador que no cobra mucho que digamos lo acepta porque "El PSOE es una mierda". Un gran aplauso para toda esta gente, señores. España no es mayoritariamente de derechas, porque las elecciones nos la ha ganado el PP, las ha perdido el PSOE porque la gente se agarra a un clavo ardiendo, a la confianza vacía que les vendía el señor Mariano Rajoy.

Después vienen los argumentos (muy sólidos) para los rumores de reformas sociales. Que si que le cambien el nombre al matrimonio homosexual es lo más normal del mundo, porque matrimonio es por definición la unión de un hombre y una mujer. Pues si eres tan tolerante y estás tan bien informada te habrás dado cuenta que un cambio de nombre implica que automáticamente cambien los derechos, que posiblemten tengan más dificultades para adoptar que una pareja heterosexual. Que si hay que primar cosas para que salga adelante al país.

Pues yo, personalmente, no pienso quedarme callada mientras veo como los más desfavorecidos se alejan más y más de tener posibilidades. Porque en mis ideales también está luchar por lo que quieres, y si tengo que meterme en una encrucijada verbal con alguien que no valore lo que la izquierda le ha dado a este país, lo hago. Y eso no es ser intransigente es no ser una oveja de rebaño dirigida por empresarios y mandamases.


Y entrando más en un terreno particular, cuando me he molestado por insultos hacia la gente de izquierdas en casa de esta muchacha y me han dicho que solo era un broma me he tenido que aguantar. Pero cuando te pisotean y se ríen de ti y de tus ideas, lo que no voy a hacer es quedarme sentada y riendome como una tonta. Además, entrando en terreno particular, una persona que lleva 3 años estudiando una carrera sin tener aprobado primero, que estudia fuera de su casa, y que hace que sus padres se gasten una fortuna en ella todos los años mientras se dedica a vaguear tiene un sentido muy débil de la responsabilidad y muy poco criterio para hablarme de moral. A lo mejor la culpa de la crisis de su casa la tiene ella.

Cuando he llegado a mi cuarto me he mirado al espejo, y me gusta lo que veo. Me siento orgullosa de haber recibido la educiación que he recibido de mi familia, que me han dejado decidir cual es el camino que quiero seguir y me han ayudado a no apartarme de él. Estoy orgullosa haber elegido la izquierda y una forma justa de pensar en los demás. No me siento hipócrita porque no siento intolerancia por las personas como ella, es más, lo que siento al fin y al cabo es pena por toda esa gente que vota a un partido como si de ser de un equipo de fútbol se tratara, sin tener en cuenta que, en cierta manera, están perdiendo autonomía como personas y están conviertiendo nuestra sociedad en el "Mundo Feliz" de Huxley. Solo siento intransigencia hacia la ignorancia.

domingo, 19 de febrero de 2012

Hella

Hella no era muy alta pero sabía mirar por encima del hombro a los demás. Solo vivía de noche, nunca recordaba los días. No era de ningún país, pero paradójicamente se sentía orgullosa de ser de su tierra, decía. Una de las noches en las que Hella vivía, un chico hechicero en un bosque se coló en mis pensamientos, quería que oyese todo lo que su mente hilaba.

"Es ahora o nunca" pensaba,
"Pero no puedo, es tarde, y hay que decidir."

"Corre, corre" le dije "o nunca la encontrarás."

Y el chico se apresuró a esquivar los troncos de los árboles, hasta que el rostro de Hella y su embarazo de siete meses quedaron frente a él, pero cuando fue a despegar los labios el paisaje se fundió en negro.


Siempre los fundidos en negro...

En cualquier caso el tiempo de la historia iba más deprisa que nunca y diez años habían pasado. Hella se había pasado cada mes de cada año pensando cada vez más en el chico que posiblemente se había convertido en un hombre y él cada vez menos en la niña del nombre con falta de ortografía.
Hella se había prometido con las eventualidades llenas de promesas, resignándose a pasar cada año por encontronazos vacíos. Y de él no se sabía nada emocional, si acaso que, contra todo pronóstico, se había prometido de verdad.


Y de nuevo una mesa de madera de un bar los volvía a reunir. Estaban los dos solos y no podía evitar mostrar una simpatía forzada, demasiado espontánea quizás. Viajes y estudios, los temas de conversación no habían cambiado pero algo sí que era diferente. Él se inclinó, como pidiendo un beso cómplice. Creo recordar que no era un beso de película, sino uno de esos besos que solo ocurren en la vida real. "Un beso de de esos de hace diez años, como si el tiempo no hubiera pasado" pensó Hella.


Y de nuevo, cuando sus labios se rozaron, hubo otro fundido en negro, aunque en el cerebro de Hella. La cruda realidad se les echó encima en forma de prometida y novio eventual. Encantadores, hicieron que me despertara.

"Espero, de todo corazón, que al menos uno de los dos sea feliz."


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