martes, 18 de enero de 2011

Se me están olvidando los sueños

Mi vida sin quererte es un escenario repleto de actores en un teatro vacío.

Y fíjate bien en que digo sin quererte y no sin ti. Ya me enseñé a vivir sin ti, a sonreir sin ti, a soñar sin ti, a besar sin ti... Pero nunca me imaginé que tendría que enseñarme a no quererte. Son tantos años...

Y es que... hoy iba hacia la facultad, y creo que puedo describir cada minucioso detalle de ti, cosas en las que nadie se fijaría. Es que si te describo, me paro a disfrutar cada milímetro. Desde ese pelo voluminoso un poco claro, imposible de peinar, pasando por la mirada vidriosa y un poco perdida de tus ojos claros y, siempre recordado con una sonrisa, aquel hoyito del pecho.

Increíble si con esta entrada no te das cuenta de que eres tú el centro de casi todas ellas.

Pero me estoy enseñando a no quererte, y ya casi no te quiero, y cuanto más me olvido de quererte, más se vacía mi vida de vida, y más se llena de inertes intentos de felicidad.

domingo, 16 de enero de 2011

Intercambio

Creer que amo, es el precio que pago por no quererte.
Intercambio de corazón por un dulce de fresa.

martes, 4 de enero de 2011

Incertidumbre

Y nunca te acercas
ni te alejas, no,
de esa circunferencia
con centro mi corazón.

No puedo mirar atrás
¡adivina quién pasó!
Si mi camino es hacia al frente
en tu orbita se cruzó.

Jamás dirás "te amo"
jamás dirás "adiós"
dirás que no asintiendo
(y siempre así)
incertidumbre en mi interior.

sábado, 1 de enero de 2011

Año Nuevo, Sueños Viajantes


Charlábamos sobre una nube aquella chica y yo, sobre el mar. Entonces apareció en su velero artesano Rafael, un hombre fuerte, igual que sus facciones. Hecho para explorar el mundo y las personas. Moreno con el pelo ondulado, entre la brisa me gritó: "¡Agárrate al mástil si quieres huir de aquí!"

Cabilé sólo unos segundos y después me aferré al mástil cuando atravesó la nube. Me dejé caer poco a poco hasta la cubierta y allí me recibió Rafa, con una amplia sonrisa.


Surcamos el Atlántico y atracamos en la playa de una pequeña isla paraíso fiscal. Aproveché para sacar dinero, ya que allí no me cobraban comisiones y me dirigí al puerto. Allí estaban Jérôme y Gianna mirándose el uno al otro, algo había entre ellos. Siempre pensé que hacían una pareja adorable . Él me miraba ella me daba la espalda. Cuando me acerqué a Gianna nuestra alegría no pudo ser más grande, por fin nos veíamos. Pensaba estar largo rato hablando con mi amiga francoitaliana.

Los quiero encontrar


Se me perdieron los sueños por las hendiduras de los recuerdos.


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