14 de febrero de 2016
Ni siquiera me regalas tu cara,
tu expresión indiferente,
y tiene que llegar la mañana
para que me enseñes tu frente.
Me duermo mirando tu nuca,
sin tener tu abrazo.
Intentando no molestarte nunca
para ser digna a veces de tu mano.
Me acerco a ti todo lo que puedo,
oliendo el tierno refugio
de un trocito de tu piel
como un perrito se acurruca
junto a su dueño.
sábado, 27 de febrero de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lo más leído
-
En estos casi dos años he pensado algunas veces en este blog. He pensado en cerrarlo, en cambiarle el nombre, en archivarlo porque, aunque ...
-
Hola Marzo. Ya estás aquí otra vez para enfrentarme conmigo. Me recuerdas que se escurren por mis piernas mis planes de futuro manchad...
-
Me duele la inteligencia (y la "intelijencia" que daba el nombre de las cosas). ¿Sabes por qué? Porque no da el nombre de...
-
Estoy pensando en una mujer cuyo nombre desconozco, de la que solo oí hablar en una ocasión. Una chica irrelevante en la historia, con...
-
Un día escribo Madrid y por la noche, en mi sueño, me instas sin piedad a que deje de hacer el ridículo. Haces que otros que se llaman com...
-
Tengo tiempo de enredarme en el hastío de medio sonreírte de ser mitad huella en hojas de algodón vacío de ser mitad objeto de una comp...
-
¿Qué despiertas en mí ahora que sonrío si te leo? ¿Qué pasa si tu crueldad ya solo me despierta ternura? ¿Qué ocurre si tu cara me resulta...
-
Lourdes llevaba ya como quince hijos en su haber y a estas alturas de la película no le importaba para nada experimentar. Así que allí esta...
-
Desgarrada la nube; el arco iris brillando ya en el cielo, y en un fanal de lluvia . y sol el campo envuelto. Desperté. ¿Quién entu...
0 regalitos:
Publicar un comentario