La libertad es extraña,
las cárceles imaginarias.
Carceleros involuntarios
que no quieren abrir las rejas
que no encuentran las llaves.
Los días son largos y fugaces,
las tripas se deshacen.
Sueños se tejen y destejen,
complejo de Penélope.
Rejas de hilo dual al de la tela,
tijeras en la mano,
inservibles.
La bicicleta, el mexicano
la primera noche de verano,
llegar tarde,
sonreír por nada,
estar presente,
mi libertad soñada.
jueves, 9 de agosto de 2018
jueves, 2 de agosto de 2018
Pequeño recuerdo de la ciudad universitaria
Me gustaría tener quince años y sufrir como entonces. Me gustaría volver a aquella tormenta eléctrica en París en 2014. Todos estaban en la gran explanada. Un rayo podría caer en cualquier momento. Pero la probabilidad estaba de nuestro lado y yo no echaba la primitiva.
Pensado (o soñado) por
María C.C.
a
jueves, agosto 02, 2018
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