Distanciarme lo máximo posible de mí misma.
Ignorar lo gris, ignorar la importancia, esconderse en la alegría andaluza.
Provocar, ser ruin, traicionarme, escupir lágrimas.
No me importa, no quiero saber,
herir, sonreír, esconderme.
Ser corroborada
tras una despedida egoísta.
Llorar, cada vez menos,
comer algodón de azúcar,
caminar, dormir,
volver a empezar.
Dos días, solo dos días olvidando un presente paralelo.
Distanciamiento físico
dos trenes que se marchan.
Sí, como si nada hubiera pasado.
lunes, 28 de mayo de 2012
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