A veces sientes que pasas página de verdad, para comenzar otra cosa.
Y no lo superpone. Tampoco lo suple.
Es algo nuevo, más maduro.
Pero esta vez sin rastro de resignación.
Las ideas claras, en un futuro lleno de ilusión difusa.
Y la mirada al frente
y una sonrisa apreciada provocada por una dulce, dulce voz.
Y no necesito nada más, solo eso para ser feliz.
Pero lo mejor de todo, es que por fin, de una vez por todas,
ya no te necesito para estar triste.
jueves, 28 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lo más leído
-
Hola Marzo. Ya estás aquí otra vez para enfrentarme conmigo. Me recuerdas que se escurren por mis piernas mis planes de futuro manchad...
-
Estoy pensando en una mujer cuyo nombre desconozco, de la que solo oí hablar en una ocasión. Una chica irrelevante en la historia, con...
-
Un día escribo Madrid y por la noche, en mi sueño, me instas sin piedad a que deje de hacer el ridículo. Haces que otros que se llaman com...
-
En estos casi dos años he pensado algunas veces en este blog. He pensado en cerrarlo, en cambiarle el nombre, en archivarlo porque, aunque ...
-
Lourdes llevaba ya como quince hijos en su haber y a estas alturas de la película no le importaba para nada experimentar. Así que allí esta...
-
Desgarrada la nube; el arco iris brillando ya en el cielo, y en un fanal de lluvia . y sol el campo envuelto. Desperté. ¿Quién entu...
-
Hella no era muy alta pero sabía mirar por encima del hombro a los demás. Solo vivía de noche, nunca recordaba los días. No era de ningún pa...
-
"Estás tan loca que vendrías mañana mismo a Madrid ¿verdad?" Me decías en mi sueño, mientras me mirabas desde tu otro asiento...
-
Sí, porque me pesan tus palabras. Son como arena artificial imposible de compactar, de una terrible densidad. Es un compuesto que se se...
1 regalitos:
Olé.
Publicar un comentario