No te mereces mis sueños, ni mucho menos mis pesadillas.
No te mereces mi sudor por la mañana, ni mi respiro cuando me doy cuenta de que estaba soñando.
No te mereces mis recuerdos, ni te mereces mi sonrisa.
Y todo lo que te mereces: ser feliz, ser respetado, ser querido, ser apreciado, lo aplastas con la mirada distante.
No me merezco soñar con eso.
miércoles, 9 de marzo de 2016
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