No,
miro a los agujeros del suelo.
No,
saludo a quién se me cruza.
No,
tiempo que pasa, es tiempo que pierdo.
Se funde con la desaparición
de la pantera de la patita rota.
Me visto de seda, te doy la espalda
me cubro de orgullo, me río en sus almas.
Ellos me acogen, vestidos de gala,
se piensan mis sueños y tiñen las canas
a mis recuerdos, mis vidas pasadas.
Nadie es testigo, nadie te encarna
eres ajeno y me cortas las alas.
Sí,
escucho a los libros.
Sí,
escucho a los sabios.
Sí,
es tiempo de cambio.
Me despojo de algún escrito,
de la ética y la moral.
Se me caen todos los sueños
y salgo a la noche, salgo a buscar
escaparates de promesas
conseguir una vida normal.
No me buscas, no te encuentro
ya no lo vuelvo a intentar.
Empieza, acaba
acaba, termina,
vigilo, ignoro.
Pero búscame y búscame,
y muere en mi vengativo cerebro
si no me vienes a encontrar.
lunes, 24 de diciembre de 2012
martes, 11 de diciembre de 2012
Hoy tengo
Hoy, en mi vida tengo:
Un hombre con quien divertirme,
un hombre por quien sufrir,
un hombre a quien amar
y un hombre que me ama.
Y los cuatro son personas distintas.
Pensado (o soñado) por
María
a
martes, diciembre 11, 2012
jueves, 6 de diciembre de 2012
Satélite
Me duele tanto que me olvides. Es como morir en vida, como quemarme por dentro y volver a ser ceniza.
Y me siento como un zapato que ya no te vale, porque has crecido. Y me encojo cada vez más sobre mí misma.
Me duele no ser, aunque pueda estar.
Las personas no existen más que en la cabeza de los demás. Las personas no son personas, son lo que tú quieres que sean. Son libretas en tu mente las que escribes sus características, ya sean verdaderas o falsas. Por desgracia, tenías una goma de borrar.
No me gusta mirar las estrellas porque no me gusta sentirme pequeñita. No me gusta sentirme una de tantas.
Me gustaría ser la luna. Es pequeña pero está cerca y es más hermosa que cualquier estrella lejana y enorme. Me gustaría ser tu luna, un satélite revoltoso.
Pero no soy más que una maldita estrella lejana que murió hace tiempo, de la que solo llegan retazos de una luz mortuoria. Un estrella a la que solo le puedes hablar de cariño cuando alcanzas a verla.
No me gusta, lo odio, te odio. Te odio por ser tu estrella. No lo puedo evitar, te odio porque no me quieres. Te odio porque realmente no te puedo odiar, solo tratar de sonreírte mientras te voy borrando con tu goma de borrar.
Pensado (o soñado) por
María
a
jueves, diciembre 06, 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Lo más leído
-
Sabía que estaba contenta. Pero no sabía que en mi vida adulta describiría en mi cabeza ese día como uno de los más felices de mi vida. ...
-
Esto lo escribí mientras una tarde oscura taladraba mis recuerdos en una parada de autobús: París, 11 de Octubre de 2013. Me he ...
-
Cada día la clase era en un sitio diferente. Lo habían cambiado todo. El complejo de edificios me recordaba a la universidad en París, pero...
-
Dos recuerdos me han asaltado últimamente. Uno, es del Día de los Difuntos, recién comenzado el milenio, yo no tendría ni diez años. Un...
-
He creado un segundo aquí mismo, bajo tus pies, sobre la mesa para mis amigas. Se destruirá en el segundo siguiente o quizás, c...
-
Creo que existe una diferencia sustancial entre el desapego emocional y ver tu vida pasar. Aceptar que todo es efímero, que el mundo está e...
-
Mi sueño buscaba tus lágrimas en un ir y venir de cafeterías. Pero, siendo consciente de la realidad, igual que dibujó un corazón de piedra...
-
En estos casi dos años he pensado algunas veces en este blog. He pensado en cerrarlo, en cambiarle el nombre, en archivarlo porque, aunque ...
-
Había escrito te quiero mil veces. Una misma respuesta para un centenar de preguntas. Ahora se arrepentía mientras caminaba con parsimonia....
-
Iba a escribir un millón de cosas en un cuaderno. Pero al final no tuve tiempo, ni ganas. Iba a escribir que escribía en las mesas de ...