domingo, 13 de diciembre de 2015

En realidad no existía en ningún universo

Ya ha llegado diciembre, el mes de prueba. Porque marzo es mi mes de la tristeza, pero diciembre es mi mes de los demonios. Y con diciembre me llega una nueva reflexión que te vuelve imposible. Porque tuve que pasar por ese mes para sentir tu pérdida.

Tantas veces pienso que hubiese pasado sin el banco en la oscuridad, sin tu pena que se volvió la mía. Ya lo entiendo, ya lo sé... Diciembre no hubiese existido, el calendario tendría once meses y nunca te hubiese querido de nuevo.

¡Qué estupidez haberte querido de esa manera!

sábado, 12 de diciembre de 2015

La tarta de la semana que viene

¿Qué has hecho conmigo? ¿Qué plantaste en mi interior?

- Mi incertidumbre.

- Tu desilusión.

- Una tremenda sensación de injusticia.

- Unas injustas ganas de venganza.


Voy a mirar en las recetas de mi abuela, a ver que se puede cocinar con todo eso.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Un ojo

A la tuerta, todos le decían la suerte que tenía de no ser ciega.

Atrapada

     Siento que la pasión derretida me llama. Llama por dentro, a los huesos de mi cabeza, como si mi cráneo fuera una puerta por la que fuera a salir. Me golpea muy fuerte. Pero no siento miedo, desafortunadamente, no es una de las demasiadas cosas que no entiendo. La conozco desde antes de tener edad para comprar alcohol, la razón empírica me la presentó. Tú también la tienes, todos la tenemos. 

     Deja de llamar y me araña, sabiendo que quizás el chirrido de sus uñas resuene en toda mi osamenta hasta llegar a las costillas y retumbar en el corazón. La razón empírica por su parte me susurra:

"Regardez vous, vous êtes triste."

Y al mismo tiempo me acaricia con recuerdos, con la idea de que en estas cosas, cualquier tiempo pasado fue peor.  Pero eso solo me hace más consciente y la derretida se convierte en la empírica. 

      Me siento entonces atrapada en el impenetrable muro de mi carne, sola, sedienta de palabras que describan la realidad que no existe más allá de ese muro, que solo describen sombras platónicas.  Me tienta la idea de dejarme pudrir aquí dentro y dejar de intentar estar a la altura por si decides venir a buscarme.

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