sábado, 22 de agosto de 2015

Frac

      La última vez que estuve en la heladería de la Plaza de la Flores le confesé a mi madre que tenía miedo. Hoy he regresado al mismo sitio. Han pasado más de cuatro meses. Me he tomado un helado diferente, pero he de confesar que mi miedo es bien parecido.

      Cuando mis propósitos contra mis miedos se hacen fuertes, me doy cuenta de que me da miedo luchar sola. Me percato de que incluso puede ser que al luchar sola ya esté sola, como siempre. Y así pago mi deuda con el mundo y conmigo misma.

jueves, 13 de agosto de 2015

Color opaco

         Cuando despojas a tu voz del cariño, cuando arrancas la ternura de tus ojos. Cuando el odio no existe y deja paso a la indiferencia y la desilusión, me das miedo. La mentira me duele menos que la verdad, pero me duele más porque es mentira. 

       ¿Adónde escapa el brillo de tus pupilas? ¿Adónde la risa gutural? Dónde están para ir a buscarlos, para no perderlos en la pompa de jabón. 

        ¿Por qué tropiezo una y otra vez una y otra vez con el contraste entre la inmovilidad de los recuerdos y el asesino paso del tiempo? 

viernes, 7 de agosto de 2015

Balanza inexacta

  Ya vendrá. Llegarán las ruinas de mi existencia al enclave de la animación. Llevaré mi mochila sin saber qué tengo dentro o a quién pertenece, si acaso no me perteneciese.

     Continuarás en resistencia contra la espuma del derrumbamiento, que quizás sea cada vez más transparente, pero no menos fuerte.

      Ya se irán. Y las incertidumbres darán paso a la determinación. A alguna.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Una casa para mi cerebro

Un soporte.
Un axioma.
Una salida.
Una ventana.
Una vela.
Un soplido.
Una carretera.
Una utopía.
Una distopía.

O una autonomía que no tengo.
O un portazo que ya no puedo dar.
O sueño que me abraza y me apuñala.
O un volver a empezar cada mañana.
O un cerrar los ojos cada madrugada.
O una casa teselada de atardeceres.

Y comprender de nuevo lo que habías olvidado,
denunciada por tráfico de sufrimiento.

Lo más leído