domingo, 28 de junio de 2015

Remanente

Apuesto al verde,
contra los pronósticos de mi sangre.
Lineal, lineal, sin viajes en el tiempo,
sin corrector que manche las cadenas.

Sin aplausos, sin críticas,
sobre mi corazón derramado hace tiempo.
Derretido, me retas a no amarte,
con la facilidad
de quien deja de amar en dos segundos.

Y cada día apuesto más y más,
con todas las probabilidades en contra.

Yo no me quedo con venas que apostar,
hasta que me ahogo en mi propia sangre.
Yo te ofrezco navegar en mi alma,
si no me estrellas contra mis acantilados.

Le cortó la costilla con una radial.

Se deformaba, ¿te das cuenta?
Un año gritó a las huellas del odio
y al siguiente babeaba piedad.
Se deformaba el deber,
se fusionaban el cariño y el desprecio.

¿Qué buscabas,
sumergido en tu pasado enfermizo?
Ay, ¿qué buscaría yo
por olvidarme de mi cárcel
hecha de barrotes vectoriales?

No estoy destapando la caja.
La he roto para que salga toda la música,
la buena y la estúpida.

Entonces, escúchame, amiga llorona:
Solo estamos tú, yo y la dualidad.
Eso somos ahora y dentro de cuarenta años,
cuando solo seamos tú y yo.

miércoles, 17 de junio de 2015

Mira qué pone en esa piedra

Sabes que no tengo armas, ni boca, ni tacto. Sé que dentro de mí hay un vacío lleno de palabras que no pueden salir. Hace seis años me dije "cállate, niña tonta" desde una nube de estabilidad.

Quizás me calle. Quizás ese espacio sea solo para mí y para una piedra sin ética y sin moral. A lo mejor me como la piedra. Puede ser que me atragante.

...

Ahora la roca es parte de mi ser. ¿No la quieres? Es yo y es interna y extrínseca. Está bien, la guardaré en mi estómago.

Supongo que es un error que me guste el  arte antiestético. Pero la subjetividad del error es increíblemente bella. Lo que pasa es que está escrito en la roca visceral.

lunes, 1 de junio de 2015

Mis dos mitades.

      Más fuerte que nunca siento entrechocar mis dos mitades. Furiosa, una arremete contra la otra, queriendo derrocarla, pero no sé cuál. "Cállate, cállate", escribe una mientras la otra le chilla que no es de verdad. 

        Recuerdo a los que quisieron a la que chilla, y no comprendieron a la que escribe. Entonces la que escribe los destruyó. Recuerdo a los que amaron a la que escribe y se asustaron de la que chilla. Entonces huyeron despavoridos de mis gritos. 

        Solo cuando me entiendas como la unión de mis dos partes, podrás amarme y hacer que me sienta amada.

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