domingo, 23 de mayo de 2010

Cómo superar una extraña impotencia

Algunos chicos tienen miedo de lo complicado, de lo feroz, de lo que les sobrepasa y que sin embargo posee la belleza de lo simple en la estética. Prefieren lo espiritualmente simple, lo que pueden manejar, las palabras vulgares y vacías, el silencio lleno de ignorancia, la inteligencia que no va mas allá de la elección de los ropajes sobrecargados y un maquillaje exagerado.
Rechazan a la elegante pantera negra y se dedican buscar a sinuosos mosquitos.

Lo cierto es que no siento celos. No es eso. Es quizá un sentimiento de impotencia hacia la simpleza que a veces me rodea. No pretendo ser prepotente pero tengo derecho a sentirme infravolarada. Yo, rechazada por un igual hace tiempo y ahora rebajada al tamaño de un mosquito por su visión feroz inexperta cargada de prejuicios.

Pero no soy igual que tú, mosquita muerta. ¿De verdad pretendes comparar tu apestosa guarida húmeda chorreante de simplezas mentales con las enredaderas de mi lógica emocional a veces tan irracional? No lo hagas, ni te atrevas, porque sales perdiendo gracias a tu analfabetismo. Todos los animalillos que caminan por albero de msi jardines se reirán de ti con sarcasmo.


Anoche, mientras mi desertor absorbía con sus labios tu enfermiza y húmeda madriguera, absolutamente vacía, yo paseaba abrazada a mi querido guepardo escuálido. Sí, paso a paso nos adentramos cada vez en más, él en mis jardines, yo en su casa, aun que aún no del todo. Y subidos en lo alto de una colina nos devoramos los corazones con dulzura. Allí, en lo más alto, donde todo lo demás resulta prescindible, porque jamás podrá estar a la altura de esta montaña. Desde allí es imposible poder apreciar al desertor canzando una mosquita.
Somos cómplices. Y es que allí me siento valorada por la apreciación del guepardo de los años en el lomo, del que ha probado ya mosquitos y panteras y me elige a mí. ¿Cómo poder pensar entonces en otra cosa, si todo lo que necesito se encuentra en la piel de este elegante animal?

Ahora es cuando mira lo luna desde mi balcón y me pareces nimio. No me importa que otros cacen insectos si junto a mí encuentro un grandioso felino que me arropa entre sus garras dos o tres veces por semana.

Música antirromántica


Cruzando la calle para acceder al parque del centro de la ciudad. Mi pareja y yo pasamos por delante de uno de esos violinistas callejeros. Su música irrumpía en mis oídos excepcionalmente fuerte.

Aceleramos el paso, me agobia muchísimo esa música. Una chica con la que nos cruzamos en el parque comenzó a tararear la misma melodía del violín que entre las plantas el viento susurraba. Casi sin darnos cuenta, en todas las cabezas de los transeúntes zumbaban las mismas notas.

El paso de todas las parejas empezó a acelerarse con rumbo a ninguna parte. Todos querían salir del influjo del violín. Extrañamente, los solitarios, lejos de perturbarse por la melodía, la cantaban más y más fuerte.

Los enamorados, con un miedo irracional infundido por la música, se empezaron a agolpar, en la absurda búsqueda de contacto humano que los apaciguara. Nos rodearon, se pegaron contra nosotros mientras la reverberación cegaba mi oídos.

martes, 18 de mayo de 2010

Sueño Definido de tu Recuerdo

Ya era de noche en el centro de la ciudad y la última jornada de las rebajas en los grandes almacenes estaba apunto de finalizar. Las chicas corrían de un lado a otro mientras las echaban de las tiendas, pretendiendo entrar en las que cerraban un poco más tarde.
Entre tanto revuelo, solo una tienda estaba abierta y vacía. Era de alta costura, tenía la luz apagada y pocos trajes por barra. Un vestido de lentejuelas llamaba mi atención entre tanta oscuridad. Me acerqué a verlo y entonces... . Tu imagen perfectamente definida, tu cara seria tan tierna frente a mí en un sueño definido de tu recuerdo.

sábado, 8 de mayo de 2010

La Institución

Por fin llegué a la Institución. Él, escuálido y atractivo aguardaba mi llegada. Con un poco de suerte, conseguiría una clase del centro. El plan era que él reservase la clase para estudiar, pero yo me colara dentro y pudiésemos estar juntos, solos.



Mientras rellenaba la documentación pertinente, subí las escaleras del edifico pensando que nadie me vería. ¡Qué ilusa! Manuel Emilio se encontraba observando a mi chico y me vio fugazmente. Subí a todo correr esperando encontrar el aulario pero solo había oficinas y el despacho de Manuel Emilio, el director.


Este hombre habría levemente sobrepasado los 60, me había dado clases hacía algunos años y el azul serio de sus ojos transimitía amarga experiencia. Me encontró desorientada en el rellano, la rabía se intuía sin apenas mirarlo.


Entonces llegó el chico, con más rabia aún y levantó el puño.


-¡No! Déjalo hablar - grité,- no sabes el peso de la razón de sus argumentos.


Manuel Emilió habló, pero en mi oídos solo podía escuchar al vacío y el crujir de las rodillas de mi joven amor, que se doblaban hasta dar con el suelo carcomido por unas lágrimas desesperadas. Me desmayé.


Al despertar, barracas metálicas y muchachas gordas de 16 años peleándose por sacos de dormir se apilaban a mi alrededor. Traté de buscar un rincón en cada barraca inútilmente, mientras me tragaba la noche más cerrada.
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Yo te lo leo:

miércoles, 5 de mayo de 2010

Piccola Stella Senza Cielo - Ligabue

Y vueltas me da desde hace dos días la canción de Ligabue a la cabeza. Me anima. Espero que a vosotros también.

Forse capiterà, che ti si chuideranno gli occhi ancora, o soltanto sarà una parentesi di una mezz'ora.

Quizás ocurra, que se te cierren todavía los ojos, o solo será un paréntesis de media hora.





Cosa ci fai
In mezzo a tutta
Questa gente
Sei tu che vuoi
O in fin dei conti non ti frega niente
Tanti ti cercano
Spiazzati da una luce senza futuro.
Altri si allungano
Vorrebbero tenerti nel loro buio

Ti brucerai
Piccola stella senza cielo.
Ti mostrerai
Ci incanteremo mentre scoppi in volo
Ti scioglierai
Dietro a una scia un soffio, un velo
Ti staccherai
Perche' ti tiene su soltanto un filo, sai

Tieniti su le altre stelle son disposte
Solo che tu a volte credi non ti basti
Forse capitera' che ti si chiuderanno gli occhi ancora
O soltanto sara' una parentesi di una mezz'ora

Ti brucerai
Piccola stella senza cielo.
Ti mostrerai
Ci incanteremo mentre scoppi in volo
Ti scioglierai
Dietro a una scia un soffio, un velo
Ti staccherai
Perche' ti tiene su soltanto un filo, sai


lunes, 3 de mayo de 2010

Cómo ser otra vez yo con más cosas asumidas

El guepardo escuálido volvió a irrumpir en el camino por sorpresa y rozó su piel con mi mano.
Me invitó a su casa y accedí. Seguí al cuadrúpedo experto en juventud con mi juventud experimentada.

Su casa se rodeaba de un paisaje selvático perfectamente ordenado con una vegetación que me acariciaba la piel, haciendo olvidar cualquier vestigio de las heridas.

No quise adentrarme absolutamente porque la prudencia me haría volver.

Interesante la cariñosa ambigüedad de como me trata este animal.

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