martes, 29 de septiembre de 2009

Cómo alimentar a tu canario muerto

La primera mascota, la que más te ilusiona. Te suelen reglar de improviso, cuando no te la esperas. En mi caso fue un canario. Un canario bastante gracioso, porque tenía una patita rota que no le hacía falta para moverse. Se paseaba alegremente dando saltitos con la otra y cuando le traía la comida me dedicaba una corta melodía. Eso me gustaba, me podía pasar las horas mirando a mi pequeño pájaro o incluso pensando en él.


Pero pasaban los meses, y Nogal (que así se llamaba) dejó de canturrear. Se quedaba encerrado en su jaula sin querer salir, sin saltar, acurrucado en un rincón. Después de un corto periodo murió.
Lo enterré con optimismo, pensando que ya no sufriría al verlo absorto en sí mismo.

Pero hace unos días, no sé muy bien como, el espectro de Nogal vino a posarse en mi hombro y lo vi, contoneándose graciosamente sobre su patita sana, casi pude ver que sonreía. Entonces lloré por su muerte, ya era imposible recordar sus últimos días, sólo la ilusión de los primeros.

Ahora lo sé, necesito a mi canario, o al menos a su espectro. Él me conoce mejor que cualquier otra mascota y, aunque haya muerto, su recuerdo me acompañará cariñosamente siempre.



(Por mucho, que intento no recuerdo tus defectos [A contratiempo] )






lunes, 28 de septiembre de 2009

Visita a la Metáfora


Ella es mía. No me la robes por favor.

Hemos ido hoy a su casa, Rebeca y yo. Nos condujo a un diminuto salon con una pequeña tele y una fuente barroca ornamentada en exceso.

Y ella ha sido la voz masculina de mi infancia. Estaba roto, desecho, se había ido muy lejos de su lugar, ya nada le retenía en mi ilusión. Lejano y cada vez más pequeño, la cicatriz de su sien supuraba cansancio.

Cuando he vuelto a mirar, vuelve a ser ella. Me sonríe fresca, dulce, mimosa. Su tierna voz se esponja en mis oídos: canta. Sabe que la quiero, que me hechiza a cada palabra, pero centra toda su atención en mi acompañante y la invita a compartir la canción.

"¡No! No te la mereces, me tocaba a mí. Ella no te gusta, tus fines no son sinceros como los míos. Por favor, deja de cantar con ella. ¡Yo la necesito mucho más que tú!" Pienso.

Pero no escucha mis pensamientos, siguen inmersas al unísono. No puedo contener las lágrimas, solo vuelvo a oir el eco de mi destriuda infancia escolar y sentir que la incipiente felicidad me es arrebatada en esta tortuosa melodía.

Mis manos en ademán desesperado en la cabeza, el tejido más profundo del armario manchado de rabia.

jueves, 10 de septiembre de 2009

La Fe...

Fígurense la criatura tan insólita que es el hombre:

Ha sido capaz de crear dioses en los que creer, para dejar de creer en él mismo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Cómo abandonar a tu enamorado

Ya está, es inevitable, amor.

Que no, animalito mio, que ya no te quiero. Que me aburres y me agobias. ¡Que no ladres!

No me persigas, ni si quiera intentes fingir que no te intereso, hazlo de verdad.

La criatura soberbia perdura en mi recuerdo y borra el tuyo. Es tan exhuberante...

Lo sé, no hace falta que me lo digas. Que tu eres más fiel, que no me abandonas. ¡Ai! Perrito faldero


Pero, ¿qué hago si no te quiero? ¿Quieres que te mienta.. es eso?

¿Quieres que acaricie tu basta piel pensando en la suya tan suave?, ¿que juegue contigo mientras me divierto soñando en la criatura... tan distante, inalcanzable?


Y es que así es, ahora me siento presa yo; tan débil, vulnerable.

Ahora soy tú pequeño mío, ahora soy yo la que majestuosamente se arrastra por la gravilla hasta sus pies.


Lo más leído